Rafael
Martínez Rodríguez
A casi
un año de tomar el poder en los gobiernos municipales de la región, muchos
actores políticos siguen sin sentirse cómodos en la silla presidencial, algunos
con la experiencia están tomando decisiones acertadas, en cambio los nuevos
políticos siguen sin dar pasos atinados y realizando acciones que molestan a la
sociedad.
Algunos
presidentes municipales han quedado a deberle a sus seguidores, puesto que han
tomado las peores decisiones políticas y han quebrantado su propio equipo de
trabajo, como resultado de esas acciones no les espera más que un fracaso
político al interior y posteriormente reflejara al exterior, perdiendo
credibilidad y confianza en el electorado.
Un
presidente que no cuida a su equipo de trabajo, que no incentiva, que no
fortalece y que por el contrario pierde los estribos a la hora de sentirse
fracasado, es un presidente que está destinado a terminar su trienio en la
lona, rodeado de supuestos aliados que al final y como en muchas
administraciones solo los utilizan para sus intereses particulares, resultando
en una pésima administración y afectando sustancialmente a la población.
Todas
las acciones que realiza un representante municipal siempre estará en el ojo
del ciudadano, pues los presidentes fueron elegidos para que tomen las mejores
decisiones, dejándoles la responsabilidad del gasto público para que ellos
elijan que hacer con el dinero de los ciudadanos, esperando siempre que los
presidentes municipales realicen las mejores acciones en favor de la población;
un claro ejemplo de esa responsabilidad es dejar que un presidente elija entre
comprar cosas innecesarias o comprar insumos que ayuden a rehabilitar la
ciudad, como tapar los baches, reparar luminarias, arreglar caminos etc., por
ello los representantes municipales deben siempre estar prestos a escuchar a la
sociedad, pues es la sociedad quien los eligió y a quien se deben.
Los ciudadanos organizados podemos realizar
acciones que ayuden a los gobernantes a tomar las mejores decisiones,
incentivando la participación ciudadana a través de los mecanismos
prestablecidos, participando activamente para apoyar y en su momento para
señalar los errores de las administraciones públicas, siempre con el ánimo de
sumar en favor del beneficio de las mayorías, en favor del desarrollo municipal.
Los
ciudadanos tenemos la obligación de participar activamente en la política para
erradicar a los peores políticos y sus decisiones, por eso exhortarnos a todos
los ciudadanos a organizarnos y tomar las riendas de nuestros municipios en
favor de las mayorías; concluyo con la siguiente frase: “La política es un
asunto demasiado serio como para confiárselo a los políticos”.
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