Fernando
G. Castolo
A
propósito de la reciente muerte de uno de los personajes más polémicos de los
últimos tiempos en la historia de México, el ex Presidente Luis Echeverría
Álvarez, cuyas acciones en torno al movimiento del 68' fueron motivo de causa
para movilizar masas y exigir "justicia" para las víctimas y castigos
penales para quien fuera Secretario de Gobernación en la época, Juan José
Arreola dejó un pequeño apunte que fue publicado en "El último
juglar" (1998), en el que refiere que a Echeverría lo conoció cuando cortejaba
a una de las hijas del matrimonio del muralista Diego Rivera y de nuestra
también polémica paisana Lupe Marín, por el rumbo de Coyoacán.
Tiempo
después, Arreola sorprendido por la noticia, expresa que nunca se imaginó que
Luis se casara finalmente con una hija de don Guadalupe Zuno (gobernador de
Jalisco y reconocido como el re fundador de la Universidad de Guadalajara),
amigo cercano de su notable tío el sabio don José María Arreola Mendoza.
Esther,
que vivió algunos años en Tuxpan, Jalisco, bien aprovechó la época en que fue
la Primera Dama de la Nación. Siempre que pudo, presumió los peculiares
platillos de la compleja gastronomía de este rincón jalisciense. Se dice que,
en alguna ocasión en que tuvo que estar en viaje oficial por Inglaterra, doña
Esther Zuno llevó consigo cocineras tradicionales, las que agasajaron a los
comensales con el típico platillo de la cuachala: una especie de humeante mole,
cuya base es la masa de maíz, acompañado de carne de ave (que bien podría ser
guajolote o gallina).
La
cuachala se hizo famosa y fue replicada infinidad de veces en comidas oficiales
convocadas en la residencia Los Pinos. Por el contrario, el hermano de Esther
(y, por consiguiente, cuñado de Luis Echeverría), José Guadalupe Zuno Cuéllar,
es un personaje del que existen opiniones encontradas, dado que durante el
sexenio de su cuñado fue beneficiado con un puesto jerárquico que igualaba al
de un gobernador: era quien encabezaba la llamada Comisión del Sur, una especie
de pequeña oficina federal que apoyaba a los más vulnerables, gestionando y
ejerciendo recursos de los diversos programas que dependían del Gobierno de la
República.
Este
poder que contenía, lo hizo rivalizar y tener varios enfrentamientos con los
gobernadores Alberto Orozco Romero y Flavio Romero de Velasco. Sí, apoyó a
muchas comunidades y las hizo progresar sobremanera, pero también fue conocido
por sus malas acciones; finalmente, cada quien habla según le fue en la feria,
diría el adagio.
Con
la muerte de Luis Echeverría Álvarez culmina toda una era de polémicos
personajes que le quedaron debiendo mucho a la nación mexicana, porque tuvieron
gobiernos dictadores y, a la vez, faltos de carácter. Arreola fue amigo de
juventud de Luis, pero cada cual tomó las riendas de su propio camino: uno avocado
a expresar la belleza de la palabra; y el otro a la misma expresión de la
palabra, aunque cargada de argumentos mezquinos que ensombrecieron su ejercicio
en el poder.
Finalmente,
cada cual logró trascender su obra y su figura en el imaginario de lo mexicano;
son parte innegable en la historia de este país.
*Historiador
e investigador.
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