Juan José Ríos Ríos
Cada
vez se cierra más el círculo hacia el actual dirigente nacional del PRI,
Alejandro Moreno, haciendo presión para que renuncie al cargo y, con ello
frenar el grado de deterioro en que ha caído el partido, no sólo por las
derrotas electorales sufridas en varios estado de la República Mexicana,
algunos en los cuales incluso gobernaba, más pronunciadamente por los
escándalos en que se le ha sumido últimamente, a través de la difusión de
llamadas telefónicas en las que escuchan conversaciones, en las que incurre en
hechos que entran en el supuesto de corrupción.
Tras las derrotas sufridas por el
tricolor, pese a sus alianzas con el PAN y el PRD, mismas que en anteriores
ocasiones incurrió, pero que no le fueron criticadas ni en tiempo ni en forma,
se intentó por exdirigentes del PRI nacional que considerara su retiro del
cargo, a lo que se negó, según se dijo en su tiempo, e incluso sostuvo que se
mantendría en el puesto hasta el término de su gestión como dirigente nacional
del tricolor.
Ahora, y tras la difusión de las
llamadas telefónicas, de que le fue cateada una de sus propiedades e incluso se
le inició un proceso legal en su contra, se suman las voces de once
exgobernadores de igual número de estados, que exigen, mediante una carta
pública, la renuncia de Alejandro Moreno, en éstos términos: “Por el bien del
partido, es tiempo de considerar una pronta renovación de la dirigencia actual,
de convocar a una revisión a fondo de los documentos básicos, de contar con una
nueva narrativa de proyecto alterno de país”.
Consideran que aún es tiempo de
reposicionarse para participar con activos suficientes, en alianza o coalición
con otras fuerzas políticas, en la búsqueda de triunfos electorales y en la
defensa de proyecto de nación que desean.
“Lamentamos la decisión de la dirigencia
nacional de rechazar y diferir el diálogo que se había acordado previamente y
expresamos nuestra solidaridad al grupo de exdirigentes del Comité Ejecutivo
Nacional que, con la intención de aportar su experiencia y conocimiento para
contribuir a enfrentar la grave situación por la que atraviesa el partido, han
realizado planteamientos que no deben ignorarse”, sostienen los
exmandatarios.
En este plan están Jesús Aguilar
Padilla exgobernador de Sinaloa; José Reyes Baeza, Fernando Baeza y Patricio
Martínez, exgobernadores de Chihuahua; Miguel Borge Martín, exmandatario de
Quintana Roo; José Natividad González y Benjamín Clariond Reyes-Retana,
exgobernadores de Nuevo León; Samuel Ocaña y León Armando López Nogales,
exmandatarios de Sonora; Rogelio Montemayor Seguy y Enrique Martínez y
Martínez, exmandatarios de Coahuila; Marco Mena Rodríguez, exmandatario de
Tlaxcala; Guillermo Mercado Romero, exgobernador de Baja California Sur ;
Rigoberto Ochoa Zaragoza, exgobernador de Nayarit; y Alejandro Tello Cristerna,
exgobernador de Zacatecas.
Los firmantes expresan su
preocupación por los resultados que el PRI ha obtenido en las elecciones al
perder gubernaturas y posiciones a nivel federal y local, cuando el partido
contaba con amplia presencia en el territorio nacional y con los liderazgos de
sus gobernantes y, ante las circunstancias actuales, consideran que la
dirigencia nacional está más obligada a ejercer una dirección abierta,
democrática, transparente, incluyente, que coloque el interés superior del
partido por encima de personas o grupos.
Hasta aquí el rollo. Desde nuestro
punto de vista, muy particular, lo que se vive en PRI y que es una réplica
exacta en todos los demás partidos políticos con registro, desde su creación
han hecho lo mismo, control férreo del partido y del poder, poca o nula
transparencia, y menos incluyentes, se convirtieron en cotos de poder personal
o de grupos (incluyendo el denominado empresarial), y quienes han sido sus
dirigentes en caído casi en lo mismo, ya no se diga quienes ocuparon cargos
públicos, desde gobernadores, diputados, senadores y alcaldes, con algunas y
muy honrosas excepciones, hay poca moral de su parte como para exigir, les
asusta más perder el poder que la credibilidad, las posiciones perdidas, por
eso están donde están, siguen pensando en las alianzas amañadas, es decir, no
proponen nada nuevo, el que no sea cortar la cabeza de “Alito”, como se le
denomina a Alejandro Moreno, mucho menos pensando en el bien del país y de los
mexicanos, van por sus fueros, a costa de lo que sea.
A ver en qué termina todo.
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