lunes, 20 de junio de 2022

Vivimos como si Dios no existiera: obispo


 


 Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán

 

 

Los problemas sociales que se derivan con la participación de jóvenes y la violencia que se vive en el país, requiere la participación de la Iglesia, de todos los cristianos, pero, principalmente de las familias. “Necesitamos, primero, repensar si nuestro trabajo está bien ubicado, si seguimos dando las mismas respuestas a preguntas que ya no se hacen, nosotros mismos no vamos a llevar ningún trabajo adelante, debemos hacer una seria reflexión del trabajo que realizamos, no sólo con los jóvenes, sino con toda la tarea evangelizadora”.



            Así lo consideró el Obispo de Ciudad Guzmán, Don Oscar Armando Campos Contreras, al dar respuesta a la pregunta que se le hizo acerca de la situación que se vive con los jóvenes y sobre la violencia que ha azotado a municipios como Mazamitla, Tamazula y otros, que forman parte del conglomerado católico que conforme la Diócesis de Ciudad Guzmán a su cargo, en una rueda de prensa con los medios locales la noche del miércoles quince de junio en instalaciones del seminario local.


            Dijo que por ello era muy importante la reflexión a la que está invitando el Papa Francisco cuando se necesita ser copartícipe al espíritu de Dios, que se renueva permanentemente. “Los sectores juveniles son grandes y muy diversos; hay jóvenes trabajadores, campesinos, de ambiente rural, pero una buena parte de jóvenes estudiantes, necesitamos tener, y no me refiero únicamente al trabajo de los sacerdotes, sino al trabajo de todos los que somos cristianos, tener una visión sobre la juventud, en primer lugar menos negativa, porque los jóvenes buscan también ser felices, ser libres, y eso es un valor; pero ¿cómo colaboramos desde la vida familiar, qué hacer para que la familia sea un espacio de diálogo, de crecimiento, de desarrollo, de felicidad, de goza, de comunicación”.






            Señaló que cuando las familias se desintegran, cuando viven con pocos momentos de encuentro y sin oportunidades de diálogo, también se dañan los jóvenes. “Tenemos que revisarnos, todos, y la Iglesia tiene buscar colaborar, dejarse orientar también por otros, pienso mucho en lo que hacen los maestros y escucharlos, qué piensa el maestro, qué piensan los educadores, los académicos, todo eso lo necesitamos nosotros para poder buscar también respuestas para los jóvenes”.


            Respecto de la violencia en la Región sur, indicó que no es un problema privativo en la Diócesis. “Tenemos un país tristemente dañado. Me llama mucho la atención el comentario que hizo el Presidente de la República (Andrés Manuel López Obrador), diciendo que donde hay bandas ahí hay más homicidios, pero donde hay una que controla, no los hay, qué situación tan triste, verdad”?, agregando que era sincera – ciertamente – la visión de López Obrador en ese sentido, pero que era triste saber que el país está muy deteriorado.


            En cuanto a lo que hay detrás de todo lo que sucede mencionó que son muchos factores, en donde la Iglesia tiene que colaborar en donde le toca. “Pero está el factor educativo, más que se ha educado, se ha informado, la educación ha sido para formar. Está el factor dinero, en cuanto a que los empresarios muchas veces buscan su ganancia sin importar el desarrollo de los trabajadores, cuando no se ve al trabajador como un ser humano, sólo como parte de la maquinaria para producir, está el trabajo de los organismos que deberían de emprender, de veras, tareas de reconstrucción social, y parece que, no quiero señalar ninguno, sólo se dedican a llenar nuevos objetivos que se proponen”.


            El Obispo señaló que también está la familia, que también tiene una responsabilidad, considerando que la Iglesia también ha descuidado lo esencial; anunciar el Evangelio. “Tocar el corazón de la gente para que descubra la importancia que tiene su vida, su dignidad, la colaboración que tiene con otras personas, el respeto a otros, se respeten así mismo y sepan valorar a los demás y para que descubran, eso nos toca a nosotros (Iglesia), el sentido de quién es Dios para nosotros, porque vivimos como si Dios no existiera, entonces; anunciamos a Dios o anunciamos otras cosas”, abundó Don Oscar Armando Campos Contreras.

           

           

        

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Popular Posts