Juan
José Ríos Ríos
Comenzó
el calvario para los partidos políticos que perdieron la elección del pasado
cinco de junio, cuando cuatro de los seis estados que entraron en este proceso
pasaron a ser gobernados por los candidatos de MORENA, sus pobres resultados en
las urnas ahora los tiene en grave riesgo de perder su registro como partidos
locales y con ello, muy seguramente, la reducción de las participaciones que
reciben del erario público a través del INE.
Como se ha hecho del público
conocimiento, el PRD no alcanzó el 3%
mínimo necesario para conservar el registro de la votación
en Durango, Hidalgo, Tamaulipas y Quintana Roo, mientras
que el PRI no lo obtuvo tampoco en ese estado del
sureste. Por estos bajos porcentajes podrían perder su registro como partidos
locales y la posibilidad de obtener financiamiento
público en esos estados.
Pero no solamente al PRD y al PRI
les fue mal y se encuentran en esa situación, pues el PVEM y el PT,
que formaron una en alianza en Aguascalientes y
participaron de la coalición triunfante de Hidalgo, no alcanzaron el 3% de
votos para mantener el registro como partidos, así el PVEM no
tendría registro en Aguascalientes, Durango, Hidalgo y Oaxaca.
Por su lado, el PT en Aguascalientes e Hidalgo.
Sin embargo, no todo está dicho,
serán las cifras finales y el que se resuelvan las impugnaciones
existentes, para que se conozca la suerte en estos estados de los partidos ya
mencionados. Tras las votaciones del 5 de junio, el PRD que
participó con la candidata Laura Fernández en las
elecciones de Quintana Roo perdería el registro en
ese estado al no obtener 2.9% de votos mínimos, (obtuvo
14 mil 504 votos). En ese mismo estado, el PRI, que se la jugó con Leslie
Hendricks, obtuvo 2.9 % de la votación, un total de 14 mil 758
sufragios, con lo que no mantendría el registro.
Y el cuento no termina ahí, pues de
los 10 partidos que participaron en la elección en Quintana Roo, cinco
perderían el registro, como son: PRI, PRD, PT y los
locales Fuerza x México y Confianza. El PRD por su
parte puede perder el registro en Hidalgo, pues solo tuvo para su causa el
1.4 % de votos; en Durango 2.7%, y en Tamaulipas 1.4%.
El PVEM podría perder el registro en Oaxaca, pues sólo logró
acreditar 2.1% de la votación, en Hidalgo sólo alcanzó el 1.1% de
votos. En Aguascalientes 0.7% y en Durango 2.6 %.
El PT en Aguascalientes
obtuvo 0.8% de la votación, y en Hidalgo, pese a que participó con
la coalición ganadora, sólo aportó 2.7% de votos, por lo que, como
partido, podrían dejar de tener presencia en ese estado.
Sin duda que de todo este proceso y
su resultado, el más afectado resultó ser el PRI, antes partido hegemónico a
nivel nacional y ahora en plena bancarrota, tanto de simpatía, de militancia y
ahora hasta de presencia y recursos en varios estados, además, actualmente con
una grave crisis no solamente de credibilidad a nivel nacional, sino interna,
cuando todo mundo mete la mano y tratan de revivir al partido con gente que,
lejos de beneficiarlo como opción política, ha sido parte del desplome que el
tricolor ha tenido en toda su vida como partido.
De los demás, se puede decir que es
el resultado lógico, pues siempre se han mantenido vivos y con ello recibiendo
recursos públicos, gracias a su doblez, es decir, por hacer alianzas con
partidos que nada tienen que ver con lo que pregonan como organizaciones
políticas, solo han estado medrando y siendo manipulados por la gente de
siempre, partido en manos de un pequeño grupo de mercenarios políticos y hasta
de uso personal de quienes, desde su fundación, han estado ocupando cargos de
dirigencia o públicos, es decir, viviendo del presupuesto, sin resultados
positivos para sus partidos y mucho menos para el país y su gente.
En pocas palabras, problema de
ellos, sobre todo por tan mal acostumbrados que estaban.
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