A decir
del Señor Obispo, Oscar Armando Campos Contreras, la celebración de los 50 años
de erección de la Diócesis de Ciudad Guzmán a su cargo, debe impulsar a un
proceso evangelizador, a renovar, como dice el Papa Francisco, porque no se
quiere ser una Iglesia de museo, que vive de las glorias del pasado; sino que
empiece a buscar los nuevos caminos que les están exigiendo las condiciones
actuales de la vida social y la vida de la misma Iglesia.
Lo anterior lo dijo en conferencia
de prensa, la noche del miércoles 15 de junio en el Seminario Diocesano de
Ciudad Guzmán, en la que se dio a conocer el programa con lo que se concluyen
las celebraciones de clausura del Año Jubilar Diocesano, iniciado el 30 de
junio del 2021 y que termina el 30 del presente mes y año, así como las medidas
y disposiciones que se han tomado para la adecuada celebración y protección de
quienes tomen parte de los eventos.
Indicó que al finalizar el Jubileo
se van a realizar distintas actividades que les ayudan a fortalecer la
comunidad, la unidad y también revisar el trabajo evangelizador. “No se trata
solamente de decir ya cumplimos, ya celebramos, sino de estimular la vida de la
Iglesia para que continúe el camino con decisión, con entusiasmo, con deseo de
responder al espíritu de Dios, que siempre nos renueva, renueva la faz de la
tierra, particularmente en un momento donde la sociedad y las nuevas
generaciones necesitan sentido de la vida, necesitan ánimo, necesitan también
cómo profundizar el sentido de su existencia y de su propio ser, para no vivir
en la superficialidad de la máscara, donde aparece solamente el show”, comentó.
Agregó que estas celebraciones deben
también impulsar y a tener una especial preocupación por las nuevas
generaciones y presentar el Evangelio, como una verdadera novedad, tanto en el
amor, en las expresiones, también se necesita aterrizar estos trabajos en la
vida familiar. “Si esta celebración de los 50 años, no nos lleva a eso, fue
solamente una actividad y un acontecimiento pasajero. Estamos pidiéndole al
Señor que la vida de nuestra Iglesia, al renovarse, responda a lo que piden las
nuevas generaciones, a las necesidades de las familias y responda al
sufrimiento y al dolor de tantas gentes que, por distintos motivos, por la
miseria, por la salud o porque no encuentran trabajo, tienen que emigrar, o
salir de aquí migrando, necesitan también ir acompañados, animados y
atendidos”.
Indicó que, como Iglesia, hay
diversos sectores a los que deben acercarse y servirles como puedan, con las
capacidades disponibles, buscando ser verdaderamente una Iglesia renovada cada
día, por la fuerza del espíritu santo y por la actitud del patriarca, que fue
servidor de la familia, el patriarca Señor San José; “Que fue servidor de Jesús
y por la misma acción también, de la Santísima Virgen, que ha sido ella
mediadora y que es Madre de nuestra Iglesia y a la que invocamos como Madre
nuestra. Así, de esta manera, haremos presente a Cristo, el Señor, que es el
que se ha hecho presente a lo largo de estos 50 años. Le agradecemos a Cristo
que es el principio y el fin de nuestra existencia y del sentido de nuestra
vida cristiana”, dijo en su intervención Don Oscar Armando Campos Contreras,
Obispo de la Diócesis de Ciudad Guzmán.
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