Víctor Hugo Prado
Las
confrontaciones entre gobierno y sociedad civil han rebasado todos los límites.
No solo es con clases medias, con los padres de los niños con cáncer, con
universidades, con empresarios –no todos-, con la prensa “fifi”, con intelectuales,
académicos, artistas y ambientalistas. Por si fuera poco, ahora ha alcanzado a
la iglesia católica, a los que ayer el presidente les dijo, religiosos “apergollados
por la oligarquía mexicana”, por la crítica recibida a través del
pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Mexicana sobre la violencia en
México (, publicado el 06 de junio del presente, que entre otras cosas señala,
cito:
“El crimen se ha extendido por todas partes trastocando la vida cotidiana de
toda la sociedad, afectando las actividades productivas en las ciudades y en el
campo, ejerciendo presión con extorsiones hacia quienes trabajan honestamente
en los mercados, en las escuelas, en las pequeñas, medianas y grandes empresas;
se han adueñado de las calles, de las colonias y de pueblos enteros, además de
caminos, carreteras y autopistas y, lo más grave, han llegado a
manifestarse con niveles de
crueldad inhumana en ejecuciones y masacres que han hecho de nuestro país uno de los lugares más
inseguros y violentos del mundo.
“El
reciente asesinato de un civil y de dos sacerdotes Jesuitas dentro del templo
católico de Cerocahui, en la región de la Tarahumara en Chihuahua, no es más
que una muestra más de la falta
de valores y sensibilidad a la que se ha llegado, perdiendo todo respeto a la dignidad humana…
“Reconocemos
que como Iglesia no hemos hecho
lo suficiente en la evangelización de los pueblos y que es necesario redoblar
esfuerzos. Queda mucho por hacer en la reconstrucción del
tejido social, desde la labor pastoral que nos es propia.
“Queremos manifestar nuestra cercanía y solidaridad
con todas las víctimas,
más allá de nuestras diferencias políticas o sociales, reconociendo que todos somos hermanos– Queremos
sumarnos a las miles de voces de los ciudadanos de buena voluntad que piden que
se ponga un alto a esta situación. ¡Ya
basta!
“Ante
la gravedad de los hechos… es
tiempo de revisar las estrategias de seguridad que están
fracasando. Es tiempo de escuchar
a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las
víctimas, de asesinados y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados
por el crimen. Es tiempo de
escuchar a los académicos e investigadores, a las
denuncias de los medios de comunicación, a todas las fuerzas políticas, a la
sociedad civil y a las asociaciones religiosas. Creemos que no es útil negar la realidad y
tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora.
No
se usted, pero como lo han hecho algunos académicos, es de suscribirse. Lo hago
sin limitación alguna.
El
pronunciamiento lo puedes consultar completo en https://cem.org.mx/mensaje-de-los-obispos-de-mexico-por-la-paz/
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