Fernando
G. Castolo
La
culminación del primer Sínodo Diocesano, ejercicio que permitió redefinir el
caminar de nuestra Iglesia particular, exaltó los entusiasmos de la devota
feligresía que se convocó para llevar a cabo un recorrido con las Sagradas
Imágenes.
Por
primera vez en la historia de Zapotlán, en un acto trascendente, la imagen
josefina salía de los límites municipales de Ciudad Guzmán con rumbo a la
población de Cofradía del Rosario, lugar en el cual la población ha bosquejado
una hermosa leyenda sobre la misteriosa llegada de Señor San José, en aquel año
de 1747.
Por
cierto, esta breve comunidad se encuentra en los actuales límites territoriales
del municipio de Gómez Farías, al otro lado del vaso lacustre conocido como
Laguna de Zapotlán. Desde ancestrales generaciones hemos escuchado la piadosa
versión de que la bella talla fue abandonada en Cofradía del Rosario por un
anónimo arriero quien, al siguiente día, no amaneció.
Al pasar el tiempo y al no reclamar nadie la
carga que traía, se convocó al párroco de Zapotlán para que fungiera como
testigo de honor en la apertura de las cajas de madera, modo en que traía su
carga el arriero.
La gran sorpresa fue que, al abrirlas,
encontraron en su interior la imagen de San José. Entonces, la comunidad
interpretó el hecho como "milagroso", y se trajo para su culto
público, depositándola en un altar de la Parroquia principal.
Tuvieron
que pasar casi 250 años para que la hermosa escultura del Santo Patriarca
saliera de Zapotlán. La actividad del fin del Sínodo, en aquel 1996, se
concibió para recordar el momento solemne en que Señor San José llega a
Zapotlán de forma misteriosa.
El
pueblo entero no durmió toda la noche. Las veladoras iluminaron el caminar
nocturno del devoto vecindario que, entre cantos y rezos, fueron y retornaron
del pueblo de Cofradía del Rosario a la antigua Zapotlán. Este fenómeno
episódico marcó el espíritu renovador de nuestra Diócesis de Ciudad Guzmán,
consolidando su muy particular rostro josefino.
Cabe
destacar que a este Sínodo le han seguido la redacción de enriquecedores
documentos pastorales que le dan un sentido de orientación a nuestra
institución religiosa, la que feliz conmemora sus primeros cincuenta años de
vida.
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