Fernando
G. Castolo
El
primer Cardenal mexicano, José Garibi Rivera, siempre expresó un profundo amor
y especial atención, durante su gobierno arquidiocesano, por la antigua
Zapotlán el Grande, y ello específicamente por dos razones: en primer lugar por
ser la tierra de sus primeros ancestros, quienes, llegando de la península
ibérica, se radican en este pueblo desde finales del siglo XVIII; de hecho, su
tío tatarabuelo, don Francisco Antonio de Garibi y Jugo, fue mayordomo de la
función josefina en el año de 1802, así como firmante del juramento en que se
confirma el patrocinio de San José, en el año de 1806.
El
otro aspecto era su especial devoción hacia la paternal figura de San José (del
que orgulloso llevaba su nombre), a grado tal que él mismo, al igual que su
ilustre antepasado, encabezó las solemnidades josefinas de Zapotlán, en calidad
de mayordomo, en el año de 1964. A pesar de este ferviente amor por una de las
geografías más josefinas de todo el orbe, nunca le interesó y, mucho menos,
permitió que la vieja Zapotlán de sus ancestros fuera elevada a sede Diocesana.
No
estaba dispuesto en achicar el enorme territorio de su influencia eclesial, lo
que lo convirtió en el más influyente personaje de la Iglesia Católica, en su
época, en toda Latinoamérica. "Afortunadamente", expresarían varios
zapotlenses, Su Eminencia falleció.
En alguna ocasión en que alguien le sugirió la
idea de constituir la Diócesis de Ciudad Guzmán, su respuesta fue contundente:
"si eso llegara a pasar, haré que Sayula sea la sede de dicha
Diócesis". Obviamente, don José Garibi Rivera, ya había mostrado
insultantes acciones hacía con la Iglesia particular de Zapotlán, siendo la más
enfática la que él mismo protagonizó en el polémico asunto de la coronación
pontificia de Señor San José, en el año 1957. José Garibi Rivera fallecería el
27 de mayo de 1972.
La
fecha designada para efectuar los ceremoniales en la erección de dos nuevas
sedes diocesanas, desmembradas de la gran porción que dominaba Garibi Rivera,
fueron: el 29 de junio para San Juan de los Lagos, y el 30 de junio para Ciudad
Guzmán, del propio año de 1972.
Las
campanas a vuelo de la nueva Iglesia Catedral esparcieron el feliz
acontecimiento por todos los rincones del sur de Jalisco, designándose como
primer Obispo a Monseñor don Leobardo Viera Contreras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario