Salvador
Mateo
Fue
documentado oportunamente que, para seguir financiando sus proyectos
prioritarios, ante la caída de ingresos a las arcas públicas, al presidente
López Obrador le sirvió la crisis económica provocada por la pandemia para
proponer a la Cámara de Diputados la extinción de diversos fideicomisos,
precisamente los que el Estado mexicano, en sexenios pasados, había creado para
atender las necesidades de diversos grupos. AMLO ya no sabía de dónde sacar
dinero y decidió empeñar todo, incluido el futuro de México.
De
esta manera, Morena y sus aliados aprobaron eliminar o modificar la operación
de 109 fideicomisos con fondos de apoyo a la ciencia y tecnología, al campo, a
estados, desastres naturales, al cine, derechos humanos, migrantes, cambio
climático, deporte, sociedades cooperativas, a ciudades metrópolis, centros de
investigación estatales, entre otros. Con lo cual nuestro país quedó sin
recursos para abatir el rezago educativo, la ciencia y la cultura entraron en
receso. Sólo la cancelación de 31 fideicomisos en ciencia y tecnología afectaron
a más de cuatro mil proyectos de investigación en proceso, así como a miles de
estudiantes de posgrado y miles de docentes. La mejor inversión de México
tirada a la basura.
Bajo
este panorama, resulta increíble la ignorancia que exhiben los defensores del
presidente al difundir videos en redes sociales en los que afirman “Nadie sabe
de dónde saca tanto dinero López Obrador”, entre los que se encuentran
youtubers, incluso algunos de ellos accedieron a puestos de elección popular
por el partido que le permitió a AMLO llegar a la cúspide del poder.
Es
lógico que los recursos para el financiamiento de las obras faraónicas del
lopezobradorismo tuvieron que salir de alguna parte. El mandatario federal no
ha demostrado que, gracias al supuesto combate de su gobierno contra la
corrupción, el país haya ahorrado miles y miles de millones de pesos (560,000
mil millones equivalentes a 25,760 millones dólares). Si esto fuera cierto no
tendría necesidad de eliminar los fondos de los fideicomisos ni hacer brutales
recortes presupuestales a rubros tan importantes y elementales.
Respecto
a lo hasta aquí brevemente resumido, investigadores del Centro de Investigación
Económica y Presupuestaria (CIEP), un centro de investigación de la sociedad
civil sin fines de lucro ni agenda partidista, a través de una publicación de
fecha 6 julio 2020 afirman “No podemos hablar en sí de un ahorro, un ahorro es
cuando por eficiencias gastas menos de lo presupuestado y alcanzas tus
objetivos. Para hablar de ahorro debemos analizar si se están cumpliendo metas.
Lo llamaría más una reasignación de gasto que estamos viendo desde el año
pasado, de algunos sectores como energía”.
A
propósito de los recortes y posibles reasignaciones presupuestales. En días
recientes con datos revelados por la CIEP, la prensa nacional informa que se
reducen recursos para la población en estados. Con base a un reporte del
organismo se dio a conocer que los estados gastan la mayor parte de su
presupuesto en salud, educación, seguridad e infraestructura, por lo que queda
un menor espacio fiscal para atender la coyuntura. Los recursos disponibles de
los estados para atender necesidades de la población, incluidos nuevos
servicios de salud o emergencias como desastres naturales, tuvieron una caída
de 27.5% para este 2022.
Estamos
en pleno inicio de la temporada de huracanes. Hace pocas semanas, los mexicanos
nos dimos cuenta de los estragos que causó el huracán Ágatha a los habitantes
de Oaxaca y hasta el momento tanto el gobierno estatal como el federal
mantienen en el olvido a las familias que fueron afectadas por este fenómeno
metrológico, ya que no se cuenta con un plan de ayuda eficiente que garantice
que los apoyos lleguen de manera rápida y eficiente, esto ante la desaparición
del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN). Por lo que ningún mexicano bien
nacido puede quedarse callado ante la caída de recursos federales para atender
emergencias como los desastres naturales.
Todos
sabemos que los desastres irán incrementándose en los próximos meses, debido a
la posición geográfica en la que se encuentra nuestro país, en medio de dos
Océanos, el Pacífico y el Atlántico. Son inevitables los riesgos de que nos
toque enfrentar meteoros más poderosos y destructivos, las que no se pueden
enfrentar con detentes milagrosos y desgastadas promesas ni mucho menos
culpando a gobiernos anteriores, como vienen haciendo AMLO y los
morenistas.
Por
lo que es necesario y urgente cambiar esta situación. Está claro que la Cuarta
Transformación no está dispuesta a resolver los graves problemas del país y
solo está usando a todos los necesitados y desvalidos para hacer demagogia y
propaganda electorera. De tal manera que en estos momentos se necesita la
acción de auténticos líderes, populares que despierten al pueblo de México y le
expliquen su derecho a una vida mejor, más segura y humana, decirle que exija
más recursos para afrontar daños por desastres naturales, como los que se
aproximan, pero sobre todo debe luchar contra la pobreza y pobreza extrema que
azotan a nuestra patria.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario