Juan
José Ríos Ríos
Recientemente
el Senado aprobó la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, que busca
reducir las muertes y lesiones graves ocasionadas por siniestros viales.
Además, da prioridad al desplazamiento de personas, particularmente de grupos
en situación de vulnerabilidad, en condiciones de accesibilidad, eficiencia,
sostenibilidad, calidad, inclusión e igualdad. Esta ley, es de orden público e
interés social y de observancia general en todo el territorio nacional.
Esta ley define la concurrencia
entre la Federación, entidades federativas, municipios y demarcaciones territoriales
en materia de movilidad y seguridad vial, así como los mecanismos para su
debida coordinación. Además, establece las bases para priorizar los modos de
transporte de personas, bienes y mercancías, con menor costo ambiental y
social, la movilidad no motorizada, vehículos no contaminantes y la
intermodalidad.
Para ello se incluyó a la Secretaría
de Infraestructura Comunicaciones y Transportes para el otorgamiento de
permisos o autorizaciones de personas físicas o morales y del servicio de
transporte; también a la Secretaría de Economía como integrante del Sistema
Nacional de Movilidad y Seguridad Vial.
El Sistema propondrá las
especificaciones técnicas del parque vehicular, en lugar de definirlas, y los
distintos órganos de gobierno deberán evitar gravar los servicios de
autotransporte federal, transporte privado y sus servicios auxiliares. El
Senado también aceptó la propuesta de la Cámara de Diputados para que las
licencias que expidan las autoridades puedan ser impresas en material plástico
o de forma digital.
En todo ello se consideró que los
accidentes viales son la primera causa de muerte de infantes, niñas, niños y
jóvenes, es la segunda causa de fallecimientos de personas de 25 a 30 años, por
lo que se creó también un marco jurídico para no evitar el error humano, porque
siempre va a existir, sino para construir condiciones de tránsito, de
regulación y lineamientos para que estas fallas no terminen con la vida de las
personas.
Pero… ¿Cuál es la realidad en
nuestro estado y, muy concretamente en Ciudad Guzmán?.
En la capital de Jalisco se impuso
la obligatoriedad para que anualmente los propietarios de vehículos procedan a
su verificación, so pena de sanciones económicas fuertes y sin que se dispongan
de los centros de verificación suficientes para atender el gran parque
vehicular que transita por Guadalajara y los municipios conurbanos con ésta. No
se sabe si lo mismo obligue al parque vehicular propiedad del gobierno del
estado y de los municipios de la zona metropolitana, porque para los
particulares pesa la obligación y/o la sanción.
En nuestra sufrida Ciudad Guzmán,
los elementos humanos y materiales del área de movilidad y tránsito, se reúnen
en masa, porque dando servicio son menos los que se ven, para realizar tareas
de “verificación”, pero en el sentido de que los conductores lleven puesto el
cinturón de seguridad, que si bien es cierto es parte de las obligaciones de
todo aquél que conduce un vehículo, la acción tiende más a la aplicación de
multas, porque infracciones en otro sentido no se consideran por la autoridad,
entre éstas el uso de vehículos con escapes modificados o transitando con altos
decibeles reproduciendo “música” o anuncios publicitarios.
Bien argumentan los ciudadanos de
Jalisco sus puntos de vista respecto a estas acciones de la autoridad, pues la
verificación de autos será anual, so pena de la aplicación de multas elevadas,
pues dicen que mientras para ellos todo el rigor de la ley, las calles y las
carreteras no tienen esta misma verificación para que estén en condiciones de
uso seguro para conductores y peatones, en lo que tienen mucha razón, pues
aparte de pagar multas por infracciones, anualmente se paga refrendos y se
aplican “cooperaciones voluntarias” dizque para la Cruz Roja y otros organismos
asistenciales ¿será?, mientras calles, carreteras y señalética son del todo,
por lo general, insuficiente y caduca, la más. Por eso denominamos “ley a modo”
y antojo.
Como la nueva ley es de obligación
general, ojalá, cuando menos, la lean las autoridades correspondientes y, en su
caso, algo hagan al respecto.
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