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jueves, 19 de mayo de 2022

La docencia es una profesión apasionante


  

Víctor Hugo Prado

 

 

La docencia es una profesión emocionalmente apasionante, profundamente ética e intelectualmente exigente; cuya complejidad solamente es vivida por quienes suelen poner el cuerpo y el alma en el aula, afirma Michael Fullan.



Durante el periodo de gobierno del sexenio anterior, se fue afianzando una contradicción entre la línea discursiva sobre la importancia de maestras y maestros y el desprestigio social y profesional del que fueron objeto. Generando la obligatoriedad de evaluarse. Se responsabilizó a los docentes de forma desproporcionada de los malos resultados del logro en el aprendizaje de las niñas, niños y adolescentes.  La credibilidad y la imagen histórica de la función del maestro se puso a prueba, debilitando el aprecio social de éste.


De ahí que, en diciembre de 2018, se impulsaron las reformas, incluso constitucionales, al legado de Peña Nieto, para concebir un nuevo enfoque del quehacer docente: una profesión compleja y multifacética, enmarcada en condiciones laborales desiguales a través del territorio nacional, guiada por la convicción de que maestras y maestros son los agentes principales de la mejora de la educación, pero que los resultados de logro en el aprendizaje escolar no dependen exclusivamente de ellos.





Hoy el docente no debe ser situado como un ejecutor disciplinado del currículo, de las políticas y los programas que otros elaboran, y que deben poner en práctica a partir de sus carencias. No, no puede ser solo reconocido por evaluaciones estandarizadas, dejando fuera los contextos de la práctica y las condiciones institucionales.  Como tampoco pueden quedar fuera de los esfuerzos de para lograr su profesionalidad. La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, establece considerar, tanto la profesionalización ‒asociada con el reconocimiento social y la importancia que éste otorga al desempeño de sus funciones‒ como al profesionalismo, relacionado con el manejo experto y el mejoramiento constante de su práctica.


La revalorización del trabajo docente, es tarea del sistema institucional, de autoridades, de padres de familia, de alumnos, del maestro mismo, reconociendo que transitar a un profesionalismo, cuyas habilidades, conocimientos y saberes son resultado de un proceso formativo escolar, pero también de su experiencia cotidiana en el aula y en la escuela, y del desarrollo de su capacidad para vincularse y comprometerse con sus estudiantes y colegas, con la comunidad y el entorno en donde laboran.


La tarea de maestros y maestras no ha sido fácil, menos ahora donde la pandemia afectó la vida escolar por cerca de dos años. Por ello, invito a que reconozcamos el esfuerzo encomiable de profesoras y profesores por hacer de su profesión un apostolado, que construyen día a día los cimientos del México del mañana.  




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