Fernando
G. Castolo*
Juan
José Arreola en "La feria" (1963) dedica un fragmento al monumento
erigido en honor del llamado Benemérito de las Américas: Benito Pablo Juárez
García, ubicado en el parque de su mismo nombre. Este monumento fue inaugurado
el 16 de septiembre de 1906, en el marco de la celebración del primer
centenario del natalicio del ilustre reformista.
La
efigie de quien fuera Presidente de la República en inciertos tiempos de la
nación, es una de las más hermosas que se observan en la ciudad. Fue diseñada y
fundida en bronce en la empresa de la Fundición Artística Mexicana, lugar de
donde salieron varias esculturas que ennoblecen los paisajes urbanos (plazas y
jardines) de varias ciudades al interior de la República Mexicana.
Esta
empresa fue fundada a finales de 1891 por el notable escultor Jesús F.
Contreras (nativo de Aguascalientes), época en la que el presidente Porfirio
Díaz ensalzó el gusto por lo afrancesado. De esta fundidora salieron 24 de las
magníficas esculturas que adornan el Paseo de la Reforma en la Ciudad de México
(Por cierto, otro busto de Juárez, igual al de Zapotlán, se conserva en el
jardín principal de la vecina población de Sayula).
El
busto de Juárez se encuentra sobre un obelisco de cantera con bellas formas
eclécticas, donde cordones y coronas de guirnaldas se entrelazan. Al pie, en la
base, placas de mármol incluyen textos alusivos al héroe nacional. En su torno,
un hemiciclo cobija al conjunto monumental, hemiciclo, por cierto, que conocí
con varias astas que ondulaban las banderas de las naciones americanas.
El
monumento a Benito Juárez hoy en día también ha sido elegido para realizar
protestas y manifestaciones sobre la igualdad de género o para evidenciar la
impotencia por los desaparecidos o muertos de forma impune... "Y todavía
hay quienes se asusten porque don Benito está allí en el parque, dándole la
espalda a la Parroquia...".
*Historiador
e investigador.
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