Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
El
deficiente control que a lo largo de los años se ha mantenido en el desarrollo
y crecimiento de la zona urbana de Ciudad Guzmán, se pone de manifiesto en el
estado que guardan ciertos bienes inmuebles que tienen que ver con el buen o
mal aspecto que guarda la casa común de todos los ciudadanos que pueblan esta
urbe, en donde también se incluyen servicios públicos como alumbrado, aseo y
mantenimiento de las escasas “áreas verdes”.
El problema no es de ahora, tal y como se dice al principio de este comentario, se ha venido produciendo a lo largo de los años, sobre todo posterior al temblor de tierra ocurrido el 19 de septiembre de 1985, que echó a tierra inmuebles viejos y trajo como consecuencia programas de ayuda y reconstrucción de la ciudad, posibilitando el surgimiento de conjuntos habitacionales mejor conocidos como “colonias”, por casi todos los rumbos de la zona urbana.
En muchas de las construcciones
hechas, con recursos del programa de reconstrucción o por cuenta propia de
quienes ahora son parte del conglomerado de viviendas, quedaron en calidad de
pie de casa, es decir, casi en obra negra o sin terminar, faltando la
construcción de banquetas, principalmente, o sin áreas verdes o espacios para
la recreación de los moradores de estos conjuntos habitacionales y, en muchos
casos; sin conexión a la red del drenaje.
En el tema de banquetas en mal
estado, no sólo se aprecia y se sufre en las obras hechas durante la reconstrucción,
y desde 1985 a la fecha, también las hay en muy mal estado por casi todos los
rumbos de la ciudad, incluso a pocos pasos o dentro de lo que se considera como
Centro Histórico, cuando los dueños de esas fincas nunca se han preocupado por
lo que hay fuera de la puerta de ingreso a su casa.
Tampoco, hasta la fecha, se ha
cuidado en vigilar y controlar que en las pocas áreas verdes o camellones que
hay, para que se plante el tipo de vegetación y de arbolado idóneo con que
deben ser embellecidas, por lo que ahora existe una mezcla poco homogénea,
generadora de basura y de problemas por su crecimiento (por falta de
mantenimiento) que ahora, para evitar que toquen cables que conducen corriente
eléctrica, con objeto de “podas” constantes, que en su mayor parte dejan mucho
qué desear, sobre todo las que practican los empleados de la CFE.
Ante ello, el gobierno municipal
debiera de emprender, con la participación de los vecinos, sobre todo en los
conjuntos habitacionales que hay dentro de la zona urbana de Ciudad Guzmán y
que tienen estos problemas, para buscar la forma de emprender un programa de
mejora en la imagen urbana, hay mucho por hacer y para corregir se requiere
voluntad y acción de ambas partes, no hay quien motive a ello y ya es tiempo de
que las áreas oficiales pongan un poco de atención y se pongan a trabajar, con
recursos propios o con la participación de los ciudadanos.
Ejemplos hay muchos, pero en
concreto y como prueba señalaremos lo visto en un pequeño trayecto de la calle
Nicolás Bravo y en el área que al perecer forma parte del canal de aguas negras
que cruza buena parte de la ciudad, donde hay vegetación muerta (palmeras),
maleza y basura, y por las banquetas, jardineras que constituyen un riesgo para
los transeúntes, debido al estado de destrucción que tienen. En ello se
sustenta el comentario, puesto que la especie de árbol sembrado, creció tanto y
sus raíces también, que destruyeron la jardinera que lo bordea. Qué decir de la
clínica General de Zona del IMSS, en su ingreso existe un árbol, conocido como
“hule”, que también ha ocasionado sus efectos en el piso de la plancha y
graderío del espacio allí localizado.
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