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viernes, 29 de abril de 2022


 


Cambios en el PRI

 

 

Juan José Ríos Ríos

 

 

En Jalisco y en campo político, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), renovará su dirigencia estatal llevando al cargo de Presidenta del Comité del citado partido a una mujer, al parecer la primera que ocupará dicho cargo en la historia del tricolor. El registro de la fórmula debió darse el martes 26 de abril llevando a la cabeza a Laura Haro Ramírez, y como Secretario General a Omar Hernández Hernández.



            Para ello se convocó a todos los integrantes del Consejo Político Estatal y a los presidentes de los comités municipales, ante quienes se dieron a conocer los dictámenes de la Comisión Estatal de Procesos Internos para el registro de fórmulas a la citada dirigencia, al cumplirse la convocatoria emitida por el Comité Ejecutivo Nacional el dos de abril del presente año.


            Y, a la antigua usanza, solamente se registró una fórmula, según fuimos informados, y con ello se da paso a que tome las riendas del priismo de Jalisco la primera mujer, lo que rompe el estado machista que imperó siempre en el PRI Jalisco, cuando menos en los tiempos “modernos”, porque siempre hubo varones ocupando la presidencia del Comité Directivo Estatal, pero ahora el tricolor, cambia de sexo.





            Con esta acción tomada por el tricolor, cuando menos dan de qué hablar, puesto que el PRI y su dirigencia estatal, desde que como partido se vino a menos en la preferencia del electorado de Jalisco, perdiendo no solamente la gubernatura y los municipios conurbados de Guadalajara, los más importantes y numerosos en cuanto a número de habitantes, por lo que prácticamente guardó un silencio, entró a un estado de inanición, que ahora rompe y de manera diferente a lo tradicional.


            Los cambios son buenos, las mujeres han demostrado su potencial para ocupar cargos que hasta ahora habían sido sitios exclusivos para los varones, sobre todo en el tema político, cambio que le urge al PRI para recomponer su postura política, cuando ha perdido no solamente simpatizantes, sino una buena parte de la militancia, la mayoría se fue a otros partidos, cambiaron de camiseta, o bien se retiraron o fueron retirados por los que manipulan al partido en los municipios, que hacen todo, menos respetar a quienes les sirven de manera incondicional o están dentro del partido por gusto, no por afán de poder.


            ¿Qué se puede esperar del PRI, en su propio beneficio, con este cambio? Cuando menos que se depuren las dirigencias, que se les pidan resultados, que no nomás estén ocupando el cargo por dedazo y para aspirar a ser candidatos a cargos de elección popular, cuando solamente logran, de panzazo, una regiduría, no dan para más, es gente protegida por políticos que se han eternizado en cargos públicos, incluso sin trabajar buscando votos, sino por la vía plurinominal, eso sí, con poder para mover, quitar o imponer.


            El PRI no la tiene fácil ni en Jalisco y mucho menos a nivel nacional. Su recomposición como partido tendrá que venir desde abajo, es decir, de los municipios, pero no porque haya en los comités municipales ocupando los cargos de directiva personas que aspiran más por sus beneficios personales que del partido mismo, debe haber un recuento y un reencuentro de la dirigencia estatal con los comités, con las militancias, claro, esto será en la medida que la nueva directiva se interese por levantar la cabeza en el estado, de lo contrario, pese al cambio de sexo dado, seguirán cabizbajo, tanto por sus derrotas en contiendas electorales, como por haber perdido el interés de la sociedad en dicho partido. El tiempo lo dirá.


          


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