Juan José Ríos Ríos
El
anuncio hecho por la Secretaría de Comunicaciones en Jalisco, en el sentido de
que a partir del quince de marzo del presente año estarán totalmente concluidos
los trabajos de reparación en el tramo carretero que se deslavó por la vía corta
a Colima, fue del todo falso, han pasado ya seis meses de que se produjo la
afectación, que incluso provocó el fallecimiento de una persona, y sigue sin
estar abierta al tránsito vehicular este trayecto que libera a miles de
usuarios al pago oneroso en la caseta de San Marcos.
Debido a esta afectación, la
autopista Guadalajara-Manzanillo, en su trazo Ciudad Guzmán hacia la vecina
capital del Estado de Colima, se satura todo los días de vehículos de todo
tipo, principalmente de carga pesada, que dificulta un tránsito ágil y seguro a
los demás conductores, lo que se agrava debido a los lentos trabajos de mejoras
que se realizan en su trayecto sinuoso que inicia en el puente Atenquique uno y
concluye cerca de la caseta de peaje, razón por la cual se tienen que hacer
constantes bloqueos que mantienen parada la circulación hasta 20 minutos.
Y la parada es obligatoria, se
cierra un carril para dar paso a los conductores que procede de Colima para
continuar su ruta por la autopista hacia la capital de Jalisco y otras
regiones, o bien para poder seguir rumbo a la Ciudad de las Palmeras o al
Puerto de Manzanillo. Pese a estas precauciones que, como ya se dijo retardan
el tránsito de uno a otro punto, de manera continua se agrava la situación
debido a los frecuentes accidentes vehiculares, producidos generalmente por los
camiones de carga, que ocasionan pérdidas materiales y hasta el fallecimiento
de personas, las más inocentes.
La SCT, también ha sido omiso en
aplicar la prohibición de la circulación de vehículos de carga con doble
tractor o remolque, son los que más se ven y los que generalmente, debido al
peso y tamaño, tienen un paso lento y con ello producen largas filas de carros
queriendo continuar su ruta, pero que, debido a la gran cantidad de unidades
que circulan en ambos sentidos en el trayecto que solo cuenta con dos carriles,
no da la posibilidad de rebase, salvo exponiéndose a riesgo propio y con ello a los demás que van detrás,
lo que se agrava con los cierres de carriles debido a las obras de mejoras que
se están llevando a cabo por la citada autopista.
Por lo tanto, la problemática
persiste, se comprueba una vez más la lentitud y la irresponsable forma de
actuar de la citada dependencia en Jalisco, pues el daño o afectación que tiene
la Vía Corta a Colima, está precisamente en este estado, al anunciar que el
paso de vehículos por esta ruta se reanudaría a partir del día quince de marzo,
lo que no sucedió. Mientras tanto, las personas que tienen necesidad imperiosa
o por gusto de ir de Jalisco a cualquier punto de Colima, incluso en tramos tan
cortos como es de Ciudad Guzmán hacia la costa, los conductores tienen que
pagar obligatoriamente la tarifa, que de ida y vuelta cuesta más el peaje que
el gasto por gasolina para cubrir el trayecto.
Es de desearse que ya no haya
anuncios falsos, que las obras se terminen, pero bien, para evitar riesgos o
accidentes en los usuarios, una vez que, realmente, se abra al paso de
vehículos, para que de esta manera se deje de pagar peajes a quienes no quieren
o no pueden pagarla, se genere una descarga de vehículos por la autopista,
sobre todo en el tramo que sigue siendo de dos carriles, porque una vez que se
cruza la caseta, ya hay dos carriles de ida y dos de regreso que, al llegar al
territorio de Colima, se amplía a tres, y con ello la fluidez del tránsito
mejora mucho y es más ágil y seguro el paso.
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