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viernes, 25 de marzo de 2022

Los libros, afean la ciudad


 

Juan José Ríos Ríos


 

 

Pues vaya la forma de apoyar la cultura de leer y comprar libros en Ciudad Guzmán, resulta que a los expositores de éstos que tan sólo se instalan cuatro veces al año, los quieren eliminar de los espacios donde han hecho sus ventas, algunos desde hace más de 30 años, porque “los libros afean la ciudad”, tal fue la denuncia hecha por las personas que la hacen de libreros, actitud que le cuelgan al área de Reglamentos Municipales de Zapotlán el Grande, dicho tal vez de manera despectiva porque algunos de éstos expositores comercian con libros usados, que no dejan de ser libros.



            De por sí las librerías en Ciudad Guzmán están en peligro de extinción, así lo han considerado los mismos integrantes del Grupo de Libreros de Zapotlán, y entre las razones expuestas por ellos están el cambio a la era digital, la falta de políticas públicas relacionadas con la promoción de la lectura, el desinterés por parte de los menores de edad, así como la poca cantidad de libreros en la ciudad.


            Los quejosos refieren que antes se instalaban alrededor de 12 librerías en la zona centro, ahora ya sólo lo hacen 6 de ellas, lo que habla de una reducción de hasta el 50 por ciento de negocios dedicados a la venta y promoción de libros, pues en Ciudad Guzmán tienen más preferencia para hacer comercio vendedores ambulantes, atracciones mecánicas y otro tipo de negocios que abarrotan y prácticamente se adueñas los fines de semana en la plaza principal y sus alrededores, seguramente ellos no afean la ciudad, como lo considera el área de Reglamentos.


            Sobre el tema, María Guadalupe Romero Calvario, quien tiene más de 30 años instalándose en los portales de la ciudad, debido a que su esposo fue uno de los fundadores; dijo sobre el problema que les aqueja que sólo se instalan cuatro veces al año y el tiempo restante realizan venta de libros por internet, porque tener un espacio físico para la venta no es negocio por los precios elevados de la renta en la ciudad.





            La ley dice muy claramente que toda persona pueden dedicarse a cualquier trabajo o profesión que le acomode, siempre y cuando ésta actividad sea lícita, palabras más, palabras menos, a eso hay que agregar que hay expositores que tienen haciendo este tipo de comercio desde hace 30 o más años, como es el caso de la señora María Guadalupe Romero Calvario, viuda por cierto y ahora le quieren coartar su forma de vida, cuando sólo se instala cuatro veces al año en la “Ciudad que es de todos”, el resto del año desde casa vía internet, ante la imposibilidad de rentar un local, que seguramente no es barata la renta.


            Como “oferta” para que sigan haciendo su comercio, a los libreros se les ofrece espacio en terrenos del recinto ferial o en el Jardín del Rico. En los terrenos donde anualmente se celebra la feria, es terreno baldío, no hay instalaciones apropiadas, tampoco la movilidad o tránsito de personas como para considerar que allá les irá mejor que en la zona donde se han instalado desde hace tantos años. Por cierto, en eso lares están las obras que se construyeron como nuevas oficinas del SAPAZA, que están abandonadas y de las que el mismo alcalde dijo que estaban considerando su rentabilidad para la reubicación.


            Si no es rentable para ocupar esas instalaciones del OPD, a donde los ciudadanos, los usuarios del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Zapotlán (SAPAZA), obligadamente tienen que ir para cumplir sus obligaciones como tales… ¿Lo serán para los libreros? Por desgracia no venden tacos sabrosos que pudieran ocasionar la posible presencia de consumidores, venden libros, y si en la zona centro no les es rentable, ejemplo de ello es que sólo quedan seis de doce expositores, exponiéndose a este tipo de acciones… ¿Lo será allá? La otra opción que tienen es el área conocida como Jardín del Rico, desprovista de instalaciones apropiadas y que tampoco ayudaría a mantener viva esta actividad.


            Es poco común que en otras ciudades los expositores o libreros tengan este tipo de problemas, sin embargo, en la tierra de Hijos Ilustres, les están atizando y feo. Aún con este panorama, los libreros tienen fe en su negocio, en que no se pierda la costumbre o cultura de comprar y leer libros, pues en abono a su situación, dicen han surgidos nuevos lectores, pero hacen un llamado a los ciudadanos para que se adentren en el mundo de las letras.


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