Juan José Ríos Ríos
Nada es
para siempre, reza el refrán, y vaya que sí es verdad. Aplicando este apotegma
a la realidad que se vive en nuestra querida Ciudad Guzmán, haciendo un
recuento de lo que se tuvo y hoy ya no está, hacemos una muy breve remembranza
de los personajes y negocios que hace algunas décadas estaban vigentes y más de
alguno de estos personajes o sus empresas, le dieron notaria fama a esta tierra
de hombres y personajes ilustres.
Como todo se pierde en el olvido con
el paso de los años, no está por demás hacer mención de aquello que se tuvo y
dio resultados considerables en su tiempo, permitiendo a la vez hacer notar lo
que ha logrado sobrevivir al embate de los cambios, por el arribo y
asentamiento de nuevas empresas y negocios que, con nuevos planes de venta y
con un respaldo económico más sólido, han logrado imponerse y con ello
desaparecer lo que en un tiempo estuvo vigente, imperante.
En este declive o desaparición mucho
ha influido también la enfermedad o fallecimiento de sus impulsores, también porque
no hubo quien siguiera la tradición o negocio, pero que cada quien, en su ramo,
dejaron su huella, su legado y por lo tanto merecen ser recordados aunque tal
vez no alcance la calidad de reconocimiento oficial por considerarse que son
resultados por el paso del tiempo y lo que consigo trae la modernidad, la
competencia y los retos que los cambios imponen en materia de hacer comercio o
negocio.
En este breve recuento, cuatro
décadas hacia atrás, en el ramo del comercio recordamos la existencia de lo que
fueron negocios de la talla de Mueblería de la Torre Hermanos, Muebles Villa
Rosa, Mueblería Nupcial, Mueblería Barajas, Casa Guízar, Sala Musical Yamaha,
restaurantes como La Cabaña y Las Brasas, entre otros no menos notables o
importantes. En lo farmacéutico, el embate no ha sido menor, cuando estos
servicios sólo se ofertaban de guardia los fines de semana, llega Benavides y
Farmacias Guadalajara, reduciendo al mínimo la oferta local.
Las empresas que cubrieron los
espacios físicos, como lo fue Mueblería de la Torre Hermanos, ahora está siendo
ocupado y con éxito notable, la empresa Copel, con varias sucursales en otros
puntos de la ciudad. Las Farmacias Guadalajara se han asentado en cuatro puntos
distintos de la zona urbana, su estrategia de establecimiento y de ventas les
ha dado muy buenos resultados, son mini súper en lo que todos los días sus
empleados no se dan abasto para atender a su clientela. En este ramo la que
mejor se ha defendido es Farmacia Zapotlán.
En el ramo de las mueblerías, es
meritoria la lucha que han mantenido dos de las empresas que han sobrevivido de
este lapso de tiempo, siendo estas Casa Ruiz y Mueblería Olímpica, la primera
teniendo como cabeza y guía a don Miguel Ruiz Villalvazo, y la segunda a Daniel
Rodríguez Lira, hijo del fundador de la Olímpica, el ya fallecido profesor
Jesús Rodríguez Ruiz, negocios que luchan a la forma de comercio que hace la
competencia mediante el sistema de abonos a largo plazo y con la denominación
de “chiquitos”, lo que posibilita la compra por consumidores de bajos recursos
económicos o que optan por este sistema de pagos, aunque finalmente les resulte
su compra con un 50 o más de incremento en el costo de contado, o como se
oferta.
Finalmente, estas líneas son para
tributar un merecido reconocimiento a quienes en su tiempo y con su trabajo e
inversión, generaron empleos, producción de calidad y ventas fuera de la región
y del estado mismo, precisamente por su buena fama y calidad, como lo fue en su
tiempo Muebles Villa Rosa, bajo el mando de Don Francisco Barragán Figueroa, y
el respaldo y apoyo de su esposa Lolita de la Torre. Por lo demás, bienvenida
la competencia, aunque reclamamos más inversión y presencia de otro tipo de
negocios y empresas, que puedan permitir otras y mejores opciones de comercio a
lo que actualmente se cuenta en nuestra querida Ciudad Guzmán.
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