Pedro Vargas Avalos
México
no ha sido mayor triunfador dentro de las justas deportivas internacionales.
Los atletas que a veces hacen brillar nuestra bandera en ese tipo de
competiciones, son vistos como verdaderos héroes. Eso se debe precisamente a la
escasez de grandes campeones de talla mundial, lo cual se genera,
indudablemente, por la pésima política gubernamental en materia atlética y lo
poco eficaces esfuerzos particulares en sus diversos ramos.
Quizás
es en el boxeo donde más suelen lograrse laureles de notoriedad universal. Pero
allí nada tiene que ver el gobierno: es el arresto individual, apoyado por los
negociantes de esa disciplina, los que han hecho que México luzca por todo el
orbe. Y Jalisco está presente muy relevantemente en tal aspecto. Como ejemplo flamante
tenemos al célebre Saúl “Canelo” Álvarez, considerado el mejor púgil libra por
libra del orbe, en su división.
En
el beisbol tenemos algunos buenos, a veces excelentes, exponentes que nos
representan en las Grandes Ligas. En algunas otras ramas, se han dado notables
vencedores o ases. Pero el deporte que por excelencia gusta a la inmensa
mayoría de paisanos, es el futbol. Y volvemos al caso de los jaliscienses, que
al menos nacionalmente han marcado la vanguardia en éxitos. Las afamadas
“Chivas” del Guadalajara, son prototipo no solo por ser catalogadas como
campeonísimas, merced a los múltiples campeonatos logrados, sino además por ser
el único equipo que solo se vale de mexicanos para competir: esto, véase desde
donde se quiera, es toda una proeza.
En
estos recientes meses, el Atlas de Guadalajara, salió por los fueros del
balompié tapatío y hoy por hoy es el monarca nacional. Esto habla de que
Jalisco sigue siendo punto de referencia en el deporte número uno de los
mexicanos.
Sin
embargo, el futbol azteca no ha dado los lauros que merece la enorme suma de
sus aficionados y que harían resaltar al país. Desde hace bastantes décadas, el
llamado “amor por la camiseta” se sustituyó por un desatado mercantilismo,
mismo que generado por individuos o empresas que solo ven el lado de las ganancias,
ha hecho trastabillar la elevación de esta actividad.
En
ese rol, la máxima organización futbolera -la Federación Mexicana de Futbol,
Femexfut- tiene suma responsabilidad, aunque claro, se dirá que quienes la
integran (los dueños de los conjuntos profesionales de futbol) son a la postre
los culpables verdaderos. Y quizás no falte la razón, porque para ellos el
balompié es un mero negocio, y como tal, debe generar utilidades. En
consecuencia, lo que se haga o deje de hacer, se refleja en el vehemente afán
del lucro, o al menos, sino se gana, no perder dinero.
Obsesionados
por esa idea, ni la Femexfut ni los propietarios de equipos, han cuidado
facetas muy importantes, como la seguridad de los simpatizadores de sus clubes
y en general de los asistentes al espectáculo que ofrecen. A los aficionados,
da la impresión de que solo les interesa como consumidores y desde luego,
aportadores de recursos. De allí en fuera no existen estímulos que les
ofrezcan. Pero la terca asiduidad de los partidarios o admiradores de este masivo
deporte, hace que no decaiga, y con ello, los dueños continúen con su boyante
negocio.
Pero
la hebra siempre se revienta por lo más delgado. Y eso aconteció el sábado 5 de
este mes, cuando se enfrentaron en el campo “La Corregidora” de la ciudad de
Querétaro, el Atlas campeón, contra el local “Gallos blancos” de Querétaro.
Dicen las crónicas periodísticas del domingo 6: “barbarie en estadio”
(Reforma); “Pelea Campal entre fanáticos deja heridos de gravedad” (El
Universal); “Día Negro para el Futbol” (El Heraldo de México); “Bronca en el
estadio deja 22 heridos” (Excelsior); “Brutalidad en el futbol” (El Sol de
México). Lo anterior en cuanto a la prensa editada en la capital de la nación.
Por
lo que ve a los diarios locales, dice El Informador: “Condenan Violencia en
juego Querétaro-Atlas”. Mural, anticipa su encabezado así: “Chocan barras de
Querétaro y Atlas; policía ausente.” El diario NTR, dice el día 7: “El futbol
mexicano vive una espiral de violencia”. Muy dramáticos, hinchas rojinegros
dicen a Milenio: “Fue una masacre; atlistas narran la tragedia”. En El
Occidental, se publica: “Rechazo unánime a la brutal gresca”. El gobernador
Enrique Alfaro, manifiesta su posición en La Crónica: “Hasta que se esclarezcan
los hechos y hasta que haya justicia”. En Publimetro, se asegura:
“Consternación mundial por actos ‘deleznables’ en Querétaro”. En nuestro
semanario Conciencia Pública, afirma su vocero genuino Gabriel Ibarra Bourjac:
“¡Barbarie en la Corregidora!”, quien agregó en su análisis que esos
acaecimientos violentos: “…deben ser investigados y sancionarse a los
responsables con cuya actitud de omisión o complicidad permitieron que se
generara esta tragedia…”.
De
la lectura de esos encabezados periodísticos, nos enteramos cabalmente de la
dimensión de los acontecimientos registrados en ese infausto partido. Y con la
ansiedad propia de tan tremendo hecho, se esperó la respuesta de la Femexfut y
los propietarios de clubes, lo cual se indicó sería en reunión programada
urgentemente para el martes 8 de este mes. Mientras, se tomó la decisión de
suspender el resto de la jornada a jugarse el día 6.
Y
ante la expectante atención de México y medio mundo interesado en el balompié,
se conocieron las medidas que acordaron al alimón, dueños y dirigentes del
organismo rector: 1) el Atlas gana el partido con marcador de 3 a 0, lo cual a
nadie extrañó porque los tapatíos ganaban uno a cero y los queretanos estaban
conscientes de que perderían, más luego de los funestos sucesos; 2) todos los
conjuntos de Gallos, jugarán a puerta cerrada como locales: eso poco importa,
porque su fuente de ingresos mayor es lo que les paga la televisión. 3) se
multó con millón y medio de pesos a los queretanos… ¡una sanción ridícula para
giros multimillonarios! 4) la porra gallista solo queda vetada por 3 años como
local…lo cual poco sirve, porque cada “fan” podrá entrar individualmente y el
castigo será ilusorio. 5) Se inhabilitó a 4 directivos del Querétaro por 5
años, lo cual los salvará de manejar un team con pérdidas. Por consiguiente, el
equipo regresa al dueño original (grupo Caliente) que sale ganando sin
buscarlo, y además burla de nuevo – con la complicidad de Femexfut- la
prohibición de la multipropiedad, pues ya son dueños de Tijuana. 6) El organismo
futbolero reasignará la afiliación del club, es decir, el trafique prosigue. 7)
se debe implementar un sistema de identificación de porristas…como quien dice:
ahogado el niño, tapar el pozo. Además, en vez de acabar de una vez con esos
grupos de fanáticos, solo se limitará su número, y se les dice a los equipos
que no los auspicien porque se les podrá castigar: esto es, se les amenaza a
los dueños con el petate del muerto. 8) finalmente, se prohíbe ingresar mantas,
trapos y banderas (¡valiente prevención!) y se crearán unidades para cuidar
seguridad y planear con inteligencia la liga… lo cual nos extraña que no se
hubiese tenido, en un negociazo de pingues ganancias.
Como
podrá concluirse, los acuerdos de la Femexfut y sus integrantes, no fue sino el
remedo de la fábula del parto de los montes: de unas montañas inquietantes se
esperaba saliera algo sensacional, y resultó un minúsculo ratón, cuya moraleja
es: los que más presumen, son los que menos hacen. Para que mejor se entienda,
hablando con palabras de sabor popular: las disposiciones que tomaron los
dueños del futbol profesional, resultaron ser como la carabina de Ambrosio.
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