En 1896
Don Salvador Mendoza y hermanos establecieron en este lugar un trapiche y en
1898 lo convirtieron en ingenio azucarero, posteriormente fue propiedad del Sr.
Armando González y en 1945 fue adquirido por Don Gonzalo Salvador Ochoa de la
Mora.
Don
Gonzalo como buen visionario y contando con la experiencia laboral adquirida en
el extranjero en el área azucarera, de inmediato se puso a trabajar, los
obreros y empleados de confianza recibieron con mucha alegría al nuevo dueño,
los obreros se pusieron a fabricar avíos, ya que muchos de estos estaban muy
deteriorados, por su parte el Sr. Ochoa de la Mora se trasladó a Guadalajara a
comprar la herramienta y materiales que faltaban.
Uno
de los principales problemas del ingenio era la falta de agua Don Gonzalo de
inmediato fabrico un tajo a la orilla del arroyo, después de varios años
perforo un pozo profundo a pocos metros del ingenio. Don Gonzalo sembró mucha
caña, el jefe de campo de dicho ingenio era Don Paulino Urdiales y como
supervisor a Don Pablo Soria Pardo.
Un
japonés de apellido “Nizino” fue quien perforo los primeros pozos en dicho
ingenio. Después del cierre del ingenio ocurrido en 1985 quedaron almacenados
como unos 5 millones de kilos de azúcar granulada estándar blanca algunos de
los sindicalizados murieron y a las viudas las hacían tontas, los obreros
perdieron las cotizaciones del seguro, que tiempo tan difícil vivieron las
familias por esta situación.
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