Víctor
Hugo Prado
En el
aula, no es suficiente que un estudiante memorice fechas y nombres de libros o
autores. En principio porque existe la posibilidad de acceso a la información
de manera inmediata. La información está a su alcance por distintos
dispositivos, y su uso se ha hecho cada vez más regular y permanente entre los
estudiantes.
El
enorme reto que tienen los estudiantes ahora, no es que accedan a la
información, y la presenten como evidencia de cumplimiento de un trabajo. No,
el reto es que aprendan a evaluar la información, y con ello, desarrollen el
pensamiento crítico y reflexivo. Un pensamiento que sepa distinguir lo cierto
de lo falso, lo relevante de lo superficial. Para distinguir entre lo objetivo
y lo subjetivo, entre un hecho y una opinión. Y algo relevante, ejercer la
crítica con valentía y serenidad para transformar el estado de cosas que
requieren necesariamente cambiar.
La
crítica basa su actuar en el principio de poner en duda la información que se
obtiene o nos proporcionan, a partir de la coherencia de los datos, de
contrastarla con la realidad, de analizar la fiabilidad de las fuentes, la
veracidad de la información que se recibe. Y en educación, se trata entonces de
aprender a discriminar entre lo que está fundamentado y lo que no. Que lleve a
los sujetos a emitir juicios razonados y conseguir independencia del
pensamiento. Pero sobre todo para que ejerzan la libertad de expresión.
Los
jóvenes deben saber que el régimen democrático del que hoy se goza, no fue
producto de la concesión de algunos cuantos, fue resultado de largas luchas
históricas violentas, políticas y sociales en el que miles consagraron la vida
para lograr lo que se tiene. Un régimen
democrático, por ello, requiere más que elecciones, por más libres y
transparentes que sean. Es fundamental el respeto y reconocimiento de los
derechos humanos, poderes independientes, transparentes y eficaces, un sistema
de partidos que facilite una buena representación de los ciudadanos, una
sociedad civil participativa y una amplia libertad de expresión basada en el
libre acceso a la información, hoy amenazada. Desconociendo que la libertad de
expresión es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad
democrática, indispensable para la formación de la opinión pública, que
aspiramos tengan nuestros estudiantes.
En
el actual momento en que vivimos, se intenta boca bajear a la libertad de
expresión, al espíritu crítico del pensamiento, con los señalamientos contra
periodistas desde la tribuna presidencial normalizadas todas las mañanas. Con
los crímenes cometidos contra periodistas que ejercen su libertad. Con la
descalificación de la crítica. Por cierto, de esa crítica que queremos enseñar
y alentar en las aulas, para garantizar la emergencia de mejores
ciudadanos.
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