Juan José Ríos Ríos
En
razón de la inquietud y el señalamiento que algunas personas de Ciudad Guzmán
han hecho respecto a la desaparición del Columnario que existía en el Jardín
Central Cinco de Mayo, y que, pese a las promesas hechas por las pasadas
administraciones municipales que lo retiraron de su sitio donde permaneció
durante muchos años, sigue inconcluso y del desaparecieron nombres de algunos
de esos personajes y sólo se colocaron unos cuantos de ellos, la pregunta es:
¿Se resarcirá el agravio?
El lema político de esas
administraciones fue: “Zapotlán el Grande, grande por su gente”, algo así más o
menos, haciendo referencia, principalmente, por aquellos ciudadanos con gran
reconocimiento por sus obras o hechos y que, como incongruencia, se eliminó
junto con el Columnario, algunos de esos nombres que estaban considerados como
parte de esas personas destacadas, denominados “Hijos Ilustres”, que si bien
esta actitud no ha producido ni marchas o reclamos públicos por parte de
quienes lo añoran, sí es un pendiente que debe de corregirse.
Con el nuevo gobierno municipal que
encabeza Alejandro Barragán Sánchez, parece que hay interés por dar más
atención al tema de la cultura y las artes, pues ya se integró un Consejo Municipal,
que bien pudiera tomar como una de las tareas, si está en su competencia, el
que se prosiga y se lleve a su total terminación la instalación de las placas
con los nombres de los personajes que quedaron pendientes, tal vez por falta de
tiempo, de recursos o porque simple y sencillamente – es posible – se les quiso
“sacar” del sitio que en el pasado se les otorgó.
Aquí lo importante no es condenar o
buscar culpables por esa omisión, deliberada o no, más bien el que se respete
la voluntad de quienes, sin otro ánimo que el de reconocer a los ciudadanos
destacados, decidieron, quizá muy modestamente, con columnas a base de concreto
y con placas vidriadas, colocar su nombre en tal consideración. El trabajo
hecho, como reposición pero que quedó inconcluso, es diferente, más vistoso o
digno tal vez de la ciudad y de estos personajes ilustres, con datos ampliados,
pero, se insiste, no se concluyó en su totalidad.
Se dedicaron espacios muy especiales
para Juan José Arreola y el músico, compositor y arreglista el maestro Rubén
Fuentes, muy merecidos por sus logros y por la proyección que le han dado a su
tierra natal, pero, el que nunca falta, no se ha hecho justicia, hay olvidados
que no han sido reinstalados en el sitio que merecen, cuando menos en el tipo de
homenajes que en su lugar ocupan famosos como Consuelo Velázquez y otros.
En fin, sólo se hace mención del
tema porque la inquietud existe todavía, porque hay personajes que cuestionan
lo que se hizo con el Columnario, un pequeño caminito que se construyó en uno
de los polígonos de la plaza principal de Ciudad Guzmán y el que por sus
laterales era flanqueado por columnas de concreto y placas modestas con los
nombres de los Hijos Ilustres. Era una referencia que, cuando menos, en la
fecha del nacimiento de uno de ellos en torno a la misma se les tributaba un
homenaje. Si se concluye o no, depende de la voluntad del nuevo gobierno, los
ciudadanos consideran que está inconcluso el proceso y que algo debe de hacerse
al respecto. Servidos.
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