El
Volcán/Amacueca
Luego
de varios meses de trabajo en campo, ya se encuentra en su fase final la tarea
de tramitar la protección legal de la genética de varias especies de pitayas
jaliscienses, mismas que se consideran endémicas del territorio estatal.
Este trabajo daría un
blindaje jurídico a las variedades Tenamaxtle, Mamey y la pitaya Blanca.
Ya se tiene listo el
expediente técnico para su envío a las autoridades federales, concretamente al
Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS), de parte
de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER Jalisco). Trabajo que
ha sido resultado de un convenio de colaboración entre el Instituto Tecnológico
de Tlajomulco (ITTJ) y la secretaría estatal.
Para ilustrar lo complejo
que ha sido la labor de campo, que ha supuesto múltiples reuniones con
productores del municipio de Techaluta, viene al caso destacar que, de cada una
de los ecotipos mencionadas, se ha detallado su número de semillas, peso
promedio, número de espinas, entre otras características que les confieren su
identidad en el aspecto fenotípico (apariencia externa).
Está pendiente otro
trabajo en más municipios pitayeros, como en el caso de Amacueca, para de igual
forma, identificar pitayas que pudieran ser endémicas de Jalisco.
Otro frente de trabajo de
la SADER Jalisco, está encaminado a facilitar la propagación de material
vegetativo de las pitayas. Para ello se trabaja en el vivero de Clavellinas,
municipio de Tuxpan, donde se pretende tener germoplasma de calidad para
pitayeros interesados en incrementar sus plantaciones.
La producción pitayera de
Jalisco se concentra en un 70 por ciento en las regiones Lagunas y Sur, donde
se destacan los municipios de Techaluta, Amacueca, Zacoalco de Torres,
Teocuitatlán, Tolimán y Zapotitlán de Vadillo, entre otros.
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