miércoles, 2 de febrero de 2022

“El increíble profesor Panchito”


 

 Los conjurados

 

Ricardo Sigala

 

 

No sé cuándo lo vi por primera vez, pero tengo muy claro su nombre desde aquel verano de 2018 en que hice una investigación sobre los Juegos Florales de Zapotlán el Grande. Él había ganado el concurso de poesía en 1992, con un poema titulado “Quinientos años”, su nombre era Francisco Hernández López. Cuando pregunté por él varias personas del ámbito cultural de la ciudad me informaron: me dijeron que era zapotlense, de formación normalista y formaba parte del naciente grupo cultural Alasletras. Un día lo conocí personalmente y comenzamos la relación cordial que surge entre dos personas que se respetan, aunque apenas se conocen. En 2021 leí su texto “La tía Romualda”, que Silvia Quezada incluyó en su libro Veintisiete escritores del sur de Jalisco. Una antología desde el confinamiento, me encontré con un narrador notable, un escritor con una voz propia y con un humor por demás natural y bien logrado, todo manifestado en poco más de dos páginas. En el número de la revista “Alasletras” dedicado a Orso Arreola, también del año pasado, me encontré con otro texto de Francisco Hernández López, que a mi juicio era uno de los más destacados del número, por su bien lograda ejecución escritural.



            Converso con él y le recuerdo que durante los años noventa tuvo un periodo importante en su trabajo como escritor. En el año 1992, a parte haber ganado los Juegos Florales de Zapotlán, también publicó su primer libro: Un maestro rural y seis años más tarde, Contra viento y marea. Entonces me responde que en efecto fue una época de reconocimientos, que ganó varios concursos de literatura y de cartel, que fue caricaturista para un periódico “Pueblo” que fundó Manuel Munguía, y que su primer libro fue reseñado por Carlos Monsiváis y por Wolfgang Vogt. Por alguna razón hizo una pausa en su escritura de varios años, pero en los últimos años ha vuelto a escribir.


            Lo que nunca de dejó de hacer Francisco Hernández López es su trabajo como promotor de la cultural infantil, al que ha dedicado décadas de su vida. Él es el fundador y director de la compañía “La casita de miel”, un proyecto escénico que incluye cuentacuentos, marionetas, teatro, música y magia. Da presentaciones tanto para instituciones, en espacios públicos como para eventos particulares. El año pasado formó parte de la cartelera del proyecto Estación cardinal sur, del Centro para las Artes José Rolón.





En este contexto, el 23 de diciembre pasado se hicieron públicos los resultados de la Convocatoria del Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMYC) del Estado de Jalisco en su Emisión 2021–2022. Entre los proyectos beneficiados se encuentra “La magia de los cuentos”, a cargo de Francisco Hernández López. El proyecto consiste en una serie de presentaciones en centros comunitarios, comunidades rurales y barrios populares y la publicación de un libro. La magia de los cuentos tendrá un promedio de tres presentaciones mensuales entre los meses de febrero y octubre y está recibiendo apoyo de la oficina de cultura del gobierno municipal.


            Panchito, como se le conoce cariñosamente, no sólo dirige los trabajos de “La casita de miel”, también escribe algunas de las obras que representan y elabora las marionetas y el vestuario. También hace el papel de mago, evita llamarles trucos a sus actos de magia, él prefiere decir que hace ilusiones, Panchito el ilusionista. Me dice que hace poco una persona lo denominó como “El increíble profesor Panchito”, y es la forma en que se anuncia en sus presentaciones.


Nota. Francisco Hernández López cumplió 60 años el pasado 29 de enero.

 



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