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jueves, 10 de febrero de 2022

Amor recíproco entre Rubén Fuentes y Ciudad Guzmán


 

Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán

 

 

Rubén Fuentes Gassón y Ciudad Guzmán que lo adoptó como Hijo Ilustre, fueron amores recíprocos porque entre ambos y en su tiempo se rindieron tributos, Rubén Fuentes proyectando a la ciudad, y la ciudad rindiéndole en vida reconocimientos por sus méritos como músico, compositor y arreglista, hombre talentoso, humilde y que ayudó a elevar la calidad y la producción musical de México y de sus contemporáneos compositores e intérpretes.



         

   En esto se resume el comentario hecho por el Cronista de la ciudad y Jefe del Archivo Histórico de Zapotlán el Grande, arquitecto Fernando G. Castolo, entrevistado por este medio informativo acerca de este personaje recién fallecido y cuyo legado es parte del patrimonio nacional en la música, en la composición y arreglos musicales, que elevó el rango del mariachi por las innovaciones hechas a su paso como director del mundialmente famoso Mariachi Vargas de Tecalitlán.


            “Don Rubén Fuentes sin duda es un referente icónico para la música mexicana, en general, y sobre todo por las aportaciones que él hace al mariachi tradicional. Se dice que él le dio el esplendor incorporando las trompetas, haciéndolo más musical para grandes foros por así decirlo, porque, obviamente que la trompeta vino a darle una evolución impresionante a lo que era el mariachi tradicional, y esas experimentaciones él las realiza desde la trinchera del Mariachi Vargas de Tecalitlán, donde por muchos años fue su director artístico”.


            Indicó que era necesario reconocer que no todas las letras de algunas de las canciones que lo hicieron famoso fueran composiciones de él, que lo que realmente lo que otorga a las canciones que habían sido en colaboración con otros autores, o inclusive que ya existían, como La Barca de Oro, lo que Rubén Fuentes les daba eran los arreglos musicales; “Que permitieron que estas canciones que se escuchaban llanas y ordinarias tuvieran esplendor, capacidad cinematográfica para poder representarlas allende las fronteras que se estaba generando en México”.





            Señaló que había que reconocerle esta capacidad, desmembrar lo que fue su aportación en el campo de la composición, pero para él más importante en el campo de los arreglos musicales, canciones muy icónicas como Cien Años, que la leyenda cuenta que se la dedica a una mujer de aquí que quiso mucho y que elevó a calidad de amor platónico por las palabras que él se expresa. “Está esa canción Qué Bonita es Mi Tierra, dedicada a Zapotlán el Grande, al parecer le gustaba irse a la Montaña Orienta y sentarse a contemplar su tierra. Sin duda alguna el Valle de Zapotlán es un campo inspiracional, no solamente para la música sino para todas las bellas artes”, comentó.


            El entrevistado dijo que para él lo más sorprendente es, sin tapujos; “Es que su amor por esta tierra llegó a tal grado que él siempre se dijo nativo de Ciudad Guzmán, sin serlo, porque no hemos localizado aquí su acta de nacimiento, para mí es ese gran plus que realmente le dio a Zapotlán el Grande, porque realmente con ese entusiasmo amoroso que tenía por esta tierra, logró proyectarla a niveles internacionales a través de la música, porque querer definir nosotros quién era el personaje que estaba creando tan hermosas composiciones y escrudiñar de dónde eran sus orígenes y que él haya dicho siempre que era de aquí, de Ciudad Guzmán, la cuna de grandes artistas, yo creo que eso no tiene precio, porque hemos visto que unos personajes, que sí son nativos de Zapotlán, han denostado esta tierra una vez que llegan a ciertos pedestales en el ambiente creativo o científico, y éste señor no”.


            Agregó que Ciudad Guzmán le retribuyó en vida ese entusiasmo que Rubén Fuentes tuvo por esta tierra, porque en el período del primer gobierno del licenciado León Elizondo Díaz, 1965-1967, él lo hace Hijo Ilustre de Zapotlán a través de un acta de ayuntamiento. “Desde entonces ya tenía esa categoría y, últimamente, gracias a los esfuerzos de quien impulsó en gran medida la escuela de música en la ciudad, se aprovechó esta mancuerna y se hicieron dos importantes cosas: “Número uno, se impone a la escuela de música su nombre, y dos; un monumento develado en el jardín principal, bronce que fue ejecutado por Javier Silva Sánchez”. Abundó el cronista.


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