Según
lo declarado por el Presidente Municipal de Zapotlán el Grande, Alejandro
Barragán Sánchez, se puede considerar que al patrimonio municipal se le va
agregar un elefante blanco más; las oficinas construidas en la pasada
administración para alojar las instalaciones y operaciones del Sistema de Agua
Potable (SAPAZA). El otro inmueble con esta calidad lo es el Centro para la
Cultura y las Artes José Rolón.
Este término se aplica para aquellas
obras que, construidas con recursos municipales con presuntos fines de
proporcionar algún servicio o beneficio a la ciudad y a su población, quedan
prácticamente sin uso, pese a las grandes sumas de dinero que se les invierte,
condición que sigue guardando el Centro Cultural José Rolón, lo que se ha
justificado un poco por razones de la pandemia.
Las instalaciones construidas para
albergar al personal y las actividades del SAPAZA, se fincaban en la liberación
del pago de renta de oficinas, proporcionar un mejor servicio a los usuarios y,
de lo que se sabe; es la obra de mayor costo en la que se le han invertido
recursos propios del sistema. Además, se dijo en su tiempo, dejarían muchos
espacios para el estacionamiento de vehículos, contribuyendo con ello a la problemática
que en este sentido se vive en Ciudad Guzmán.
Sobre el porqué no se ha hecho la reubicación de los servicios y los trabajadores del SAPAZA a las nuevas instalaciones, el presidente municipal dijo concretamente que: “No está ni conectada al drenaje, no tiene la conexión eléctrica, es un edificio al que le hacen falta más de tres millones de pesos para que se termine”, agregando que consideraba también poco rentable el hacer el cambio de sitio de operación del OPD SAPAZA.
“Ya ha costado mucho dinero, más de
diez millones de pesos o más, y todavía falta para concluirlas. Irónicamente no
tiene agua potable, ni drenaje, ni energía eléctrica, no tiene un espacio para
guardar dinero, es inseguro en muchas situaciones que no se contemplaron en el
diseño de ese edificio y que no estaban contemplados en el contrato de
construcción”.
Barragán Sánchez Indicó que tienen
evidencia de sus afirmaciones y que esa era la razón por lo que no se han ido
hacia ese lugar el personal y los servicios que se otorgan al público por parte
del SAPAZA. “Incluso es conveniente confirmar si es rentable o no”, abundó.
Ante ello, cabe reflexionar si es
mejor dejar sin uso un inmueble al que se le invirtieron ya diez millones de
pesos, que canalizar lo que se requiere para concluir las obras faltantes, que
suman, según sus propias palabras, tres millones de pesos. Llama la atención
que el alcalde señalara también el confirmar “si es rentable” o no el cambio.
Desde su proyección se consideró por
el anterior titular del SAPAZA, Juan Manuel Figueroa Barajas, que lo más
complicado de la reubicación pudiera darse por parte de los usuarios que, de
pagar el servicio que reciben en el corazón de la ciudad, lo tuvieran que hacer
trasladándose hasta los terrenos del recinto ferial, para lo cual, indicó a
quien esto escribe el propio funcionario aludido, se dejaba espacio para el
servicio urbano y para quienes se mueven en vehículo propio estacionamientos
suficientes. Se dijo también que había recursos presupuestados para su total
terminación.
Fuera de la inconformidad que
pudiera generarse por parte de los usuarios por la distancia que habría que
cubrir para pagar en las nuevas oficinas, y si es que no hay conexiones a la
red de drenaje y eléctrica, así como para el abasto de agua a las instalaciones,
su equipamiento y seguridad, diez millones invertidos son más que los tres que
faltan para dejarlas en condiciones de uso, lo que se puede recuperar al dejar
de pagar la renta. ¿Por comodidad del nuevo gobierno, no es rentable la
conclusión de las obras y el uso de las oficinas? ¿Es una actitud política o de
qué tipo?
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