Víctor
Hugo Prado
El
combate a la corrupción con el método de barrer la escalera, es decir, “de
arriba para abajo” nomás no da resultados. De acuerdo con el Índice de
Percepción de la Corrupción 2021 (IPC), nuestro país sigue ubicado como uno de
los de mayor corrupción en el mundo; se ubica en el sitio 124 de 180 evaluados.
México ocupa la misma posición que en 2020, obteniendo una calificación de 31
puntos, en una escala de que va de cero a 100. Aplicando una escala de calificación
escolar, podríamos decir que el país en materia de corrupción está reprobado,
muy reprobado. Y si se compara al país entre los 38 que integran la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sería el peor
evaluado ocupando la última posición.
Los
diarios nacionales y algunos internacionales consignan hoy el reporte que
registra la opinión de especialistas, analistas de riesgo financiero,
integrantes de la academia y de empresarios sobre la situación que guarda la
corrupción en cada una de las 180 naciones evaluadas, el territorio mexicano
comparte la misma calificación que Gabón o Níger.
Los países mejor evaluados en el IPC 2021 son Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda (con 88 puntos de 100 posibles), seguidos de Noruega, Singapur y Suecia (con 85 puntos). Los países peor evaluados fueron Siria y Somalia con 13 puntos, mientras que Sudán del Sur, obtuvo solo 11 puntos.
Regresando
a México, Transparencia Mexicana, quien evalúa a nuestro país, señala que
“aunque la lucha contra la corrupción ha sido el eje principal del actual
gobierno y cuenta con un amplio apoyo social para avanzar, los casos de
corrupción definidos como emblemáticos tales como la Estafa Maestra, Odebrecht,
Agronitrogenados, expresidentes, entre otros, no reportan avances, en tanto que
no han sido aún sancionados en materia penal”, como tampoco existen
recuperación de los activos desviados y menos reparación de daños a víctimas.
Seguro
hoy, se estará diciendo “yo tengo otros datos”, “es el embate neoliberal que no
cesa en los ataques contra el movimiento”, “que los fifís están enojados porque
somos diferentes” lo cierto es que, ni los actos de corrupción del pasado ni
los del presente han tenido consecuencias. Ahí están como en la Puerta de
Alcalá “viendo pasar el tiempo” los casos de CONADE señalada por triangular
recursos públicos y financiar con sobreprecios los viajes a campamentos y
competencias. Las casas de Manuel Bartlett, la empresa Levanting Global
Servicios que vendió al IMSS 3000 ventiladores pulmonares a sobreprecio
sobornando a funcionarios del IMSS, también están Pío, Martín, Delfina, Pablo
Amílcar Sandoval, las adjudicaciones directas, las poco transparentes obras
emblemáticas del gobierno, y no pasa nada. ¿Usted qué opina?
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