J.
Jesús Juárez Martín
¡Vaya!
que hay puntadas que nos hace poner más
atención a las conversaciones, eso de escuchar que hasta los mejores años terminan
en diciembre, y que el año 2021 no fue
excepción, ni ha sido para los mexicanos de los mejores, aunque si lo
comparamos con otros países, nos consideramos afortunados, algunos países europeos,
asiáticos, en los cercanos Estados Unidos Americanos el Coronavirus 19 y ahora la
suplencia del Ómicron, les dieron y dan
duro y tupido, que aunque tengan su economía
firme, sienten sobresaltos hacia el porvenir, y ante el azote actual de controlar
las epidemias, ciertamente, su liderazgo económico, es firme, pero la situación
social, laboral, comercial les golpea de
frente, aunque haya estabilidad en sus economías y relaciones, socialmente
resienten cambios en su formas de convivencia internacional, su estabilidad
parece firme y estables en su economía y liderazgo, pierden
vidas que se reponen con inmigraciones de países más perjudicados por su
pobreza, que buscan en la aventura de emigrar a lares, mejorar su seguridad,
aunque perjudicados en la estabilidad con estabilidad, finalmente volvemos a la
perogrullada de que todos los años en el
toma y daca en por la vida y por ella, golpeamos y somos golpeados que no se reponen, por eso aseguramos que
todos los años regulares, excelentes, pésimos o buenos y pésimos seguirán
terminando en diciembre, hasta que no se remplace el calendario Gregoriano que
desde el siglo XVI se ha utilizado en México y mayor precisión, en 1,578 con la
casi totalidad de los países actuales o los antecedentes de aquellos
legendarios siglos sucedidos hasta nuestro siglo XXI.
Hablemos
pues del calendario Gregoriano, que relevó al calendario Juliano, empleado
desde el esplendor del Imperio Romano por Julio César del año 46 antes de
Cristo en la cuenta de los tiempos que transcurrieron hasta la caída de los Romanos y Constantinopolitanos; el
calendario Juliano era esencialmente el
calendario Egipcio, el primer calendario solar que establece en 365 días y una
fracción de la cuarta parte del mismo y
medido por la traslación del Planeta Tierra al derredor del Sol en el tiempo de una vuelta u órbita.
Originario
de Europa, el calendario Gregoriano es empleado actualmente de manera oficial por
casi todos los países del mundo, los primeros en usarlo en 1582, fueron España,
Italia y Portugal y se le denomina así, porque su promotor esencial fue el
Santo Padre Gregorio XIII o Papa Gregorio. El citado calendario se derivó de
los estudios realizados de 1515 y 1578 por los científicos de la Universidad de
Salamanca de la Madre Patria, España; aunque los decisivos y tomados en cuenta para
su vigencia fueron los últimos y definitivos para su implantación. Fueron los
de 1578 para ser tomados por la Santa Sede Papal en forma vigente por los
distintos países y que se universalizó.
Se puede asegurar que este calendario es mundial, aunque sigan cuentas
de años como el chino y que hubo cuenta entre los pueblos prehispánicos y
documenta la Historia que los primeros datos vigentes del tiempo se realizaron
en la antigua Mesopotamia.
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