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martes, 18 de enero de 2022

Ciudad de talentos, pero sin salón de la fama


 

 

Juan José Ríos Ríos

 

 

Ciudad Guzmán no deja de ser una fuente, inagotable, de gente talentosa. A los nombres de los considerados Hijos Ilustres del ahora Zapotlán el Grande, se puede ir agregando los nuevos valores, jóvenes en su gran mayoría, que tienen la capacidad y la creatividad para emular a quienes, en el pasado, le dieron lustre y el mote merecido de “Cuna de Grandes Artistas”.



            Es de sobra conocido los nombres y algunas de sus obras de las gentes que se destacaron en las letras, la pintura mural, la novela y la poesía, la música y otras de las consideradas bellas artes, que alcanzaron la fama y que son la lista oficial de talentos a los que se ha y sigue honrando por lo hecho y dejado como legado.


            Si bien es cierto que estos personajes de la talla de José Clemente Orozco, Juan José Arreola Zúñiga, Refugio Barragán de Toscano, Consuelo Velázquez, Rubén Fuentes y de Guillermo Jiménez, son los más recordados y reconocidos, los hay otros que si el brillo de la fama ganada por éstos, son únicos en sus cualidades y especialidades y dignos de ser también reconocidos para ocupar que, en el presente, el lugar que merecen.


            Y el talento y capacidad de las nuevas generaciones va más allá de la pintura mural, la novela o la poesía, la música y la cultura, los hay jóvenes que ha puesto muy en alto el nombre de su ciudad en el deporte, el retrato, el relato y la novela, talentos a los que apenas se les reconoce o toma en consideración en el momento, pero que con el tiempo sus logros y nombres se pierden.





            Lo que hicieron y se ganaron a pulso los Hijos Ilustres, así como el sitio que ocupan en la historia local y en los reconocimientos oficiales, incluso más allá de las fronteras del municipio, ya nadie se los quita y mucho menos regatea, son parte del valor cultural de la ciudad que los vio nacer y cuyos nombres y legados jamás se olvidarán, serán temas de frecuente reconocimiento.


            No por ello lo nuevo, el talento de las nuevas generaciones debe de permanecer en el anonimato, lejos del brillo y del discurso oficial, si en su tiempo a José Clemente Orozco se le negó un muro para que plasmara su arte en su tierra natal, es tiempo que ese espacio negado se otorgue a quienes, sin el reconocimiento oficial, destacan en su talento y arte.


            En razón de ello, es deseable que se dedique un espacio en la ciudad, que en su tiempo se le negó a José Clemente Orozco Flores, a quienes actualmente han y están destacando en algunas de las muchas actividades en la que toman parte las nuevas generaciones, una especia de salón de la fama en donde se pongan al conocimiento público sus obras, sus logros, sus triunfos, sus talentos.


            Bueno fuera que en esta necesidad, porque no reconocer que con la desaparición física de algunos de los ya encumbrados, no se ha acabado la cantera del talento, en todas sus expresiones, es cerrarse a celebrar solamente el pasado, tarea en la que el gobierno municipal de Zapotlán el Grande, a través de la Comisión Edilicia de Cultura o al área que corresponda, inicie un proceso de recopilación de la información y de todo aquellos que reúna lo que destaca y distingue a Ciudad Guzmán y su gente, gente con mucho talento.   

           

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