Juan
José Ríos Ríos
El
Volcán/Guzmán
Se
capta entre la población nativa de Ciudad Guzmán la añoranza por la pérdida de
las torres de la catedral diocesana. Aunque han transcurrido ya casi 37 años
que el sismo del 19 de septiembre de 1985 provocara su casi total destrucción,
hay personas que consideran que este inmueble no debe de quedar, para siempre,
sin sus torres.
En charla con personas que
manifestaron su inquietud de que por qué, hasta la fecha, no se ha hecho prácticamente
nada para resarcir el daño material causado a la sede oficial del santo patrono
de la Diócesis de Ciudad Guzmán, la catedral de San José, señalaron que los
fieles de esta parroquia estarían dispuesto a poner su parte si hubiese algo al
respecto.
Incluso consideraron que los hijos
ausentes que radican en los diferentes estados de la Unión Americana, así como
las personas que conforman la colonia zapotlense en Guadalajara, también
tendrían disposición de aportar y trabajar para que se reconstruyan las torres
demolidas de manera posterior al sismo del 19 de septiembre.
Dijeron haber sabido que en más de
una ocasión se promovió la existencia de un comité pro construcción, en su
tiempo uno promovido por Francisco Guzmán Vázquez, pero lamentablemente parece
que esta inquietud no tuvo el respaldo suficiente o la promoción y el trabajo
necesario para que fuera tomado en serio por la población guzmanense.
Consideraron los interesados que los
mismos titulares de la iglesia y el actual Obispo Oscar Armando Campos
Contreras, pudieran motivar a los feligreses para que se haga algo al respecto,
claro siempre y cuando existan las condiciones para garantizar que la
restauración de las torres perdidas sea posible y no constituyan un riesgo, ni
para el resto del edificio y mucho menos para los ciudadanos.
La Inquietud existe y como tal se
plantea, buen fuera que cuando menos se informara de manera oficial el por qué
no se ha hecho nada al respecto, bien por las autoridades eclesiales o del
INAH, pues han transcurrido tantos años y, aunque el culto a San José sigue
vivo, se añora que su casa sede esté incompleta.
Estos son algunos datos biográficos
publicados acerca del cuarto obispo que ocupa la titularidad de la Diócesis de
Ciudad Guzmán, que en orden lo han sido Don Leobardo Viera Contreras, nacido en
Tuxpan, Jal., Don Serafín Vázquez Elizalde, a cuyo fallecimiento se hizo
responsable de la diócesis en calidad de administrador el Cardenal José Salazar
López, relevado en el cargo por Don Braulio Rafael León Villegas y,
actualmente; Don Oscar Armando Campos Contreras.
Don Óscar Armando
Campos Contreras nació en Guadalajara, Jalisco, el 18 de septiembre de
1947. Sus padres fueron Juan Campos Munguía y María del Rosario Lázaro. Es
el menor de cuatro hermanos. Realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario
de Guadalajara. Fue ordenado presbítero el 27 de diciembre de 1978,
incardinándose en la diócesis de Tuxtla Gutiérrez.
Atendió
varios cursos de actualización en la Ciudad de México, particularmente en
pastoral social, y en Bruselas, Bélgica, donde obtuvo su título
en Pastoral.
Ocupó
el cargo de Vicario de la Catedral de Tuxtla Gutiérrez (1978-1980) y de la
parroquia de Santa Cruz (1980-1982); fue párroco de la parroquia de Nuestra
Señora del Sagrado Corazón (1982-1990), de Santa Cruz (1990-1992) y del
Sagrario de la Catedral (1998-2002).
Nombrado
Obispo de Summa y Obispo Auxiliar de Antequera, Oaxaca, el 23 de mayo de 2006,
recibió la ordenación episcopal el 12 de julio siguiente. El 2 de febrero de
2010 fue nombrado obispo de la Diócesis de Tehuantepec.
El 25 de septiembre de 2017, el Papa Francisco lo designo Obispo de la Diócesis de Ciudad Guzmán y el viernes 24 de noviembre monseñor Óscar Armando Campos Contreras asumió el pastoreo de esta Iglesia Particular, misma que acompaña hasta la fecha.
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