jueves, 23 de diciembre de 2021

No se puede hablar de buena economía familiar


 

Eduardo Campos Flores

 

 

Los que nos hemos echado a cuestas la honrosa tarea de educar y organizar al pueblo trabajador para que emprenda acciones encaminadas a un cambio social, es decir, que luche por una patria más justa próspera y soberana; es uno de nuestros deberes, como organizadores y educadores, estar informados sobre temas del ámbito nacional e internacional, hasta donde los recursos a nuestro alcance y las circunstancias nos permitan. 



Una de las cuestiones que están a la orden del día es encontrar alguna explicación sobre la contradicción entre los conocidos desastrosos resultados del Gobierno de la llamada Cuarta Transformación y la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador. Sobra mencionar que obtener explicaciones acertadas no es fácil, pero es necesario hacer un esfuerzo. Para tal efecto, está la alternativa de recurrir a las opiniones de los analistas, pues son ellos los que tienen información de fuentes seguras y sus colaboraciones están disponibles en la prensa impresa y/o digital y solo nos restaría confrontarlas con la realidad que vivimos y alcanzamos a ver los ciudadanos de a pie.


Al revisar los puntos de vista de algunos columnistas se avizoran coincidencias en algunos de ellos. Afirman, si López Obrador es popular es por tres importantes razones, todas basadas en acciones concretas de su gobierno y no solo en su discurso, su narrativa o cualquier otro hecho fabricado. La primera se debe a dos variables, un aumento en el salario mínimo y un aumento en el porcentaje de recursos públicos que son transferidos por medio de programas sociales. Aseveran que en general la popularidad de López Obrador proviene de aumentos reales en el poder adquisitivo de los trabajadores de más bajos recursos, un gasto social superior al de gobiernos pasados.






Estos intelectuales, aunque no sea su intención le dan la razón al presidente quien, rechaza los resultados en las cifras de pobreza dadas a conocer por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y dice que él "tiene otros datos" “No acepto, tengo otros datos, la gente está recibiendo más y aun con la pandemia la gente tiene para su consumo básico y algo más importante, no han perdido la fe”. Lo que implica que, para el mandatario federal, la economía familiar está bien. Sin embargo, no se puede hablar de buena economía familiar.


Los que vivimos al día para sobrevivir, conocemos la realidad, pero para el caso también están disponibles en diversos sitios estudios que reflejan con más certeza la situación que está viviendo el pueblo de México. El Financiero en su edición del pasado 15 de diciembre publicó: A cuatro de cada 10 personas en el país no les alcanza para cubrir sus gastos de la despensa, renta de vivienda, agua, luz gas o teléfono, colegiaturas y medicamentos.




Hago unos extractos de la publicación que quiero compartir con mis posibles lectores, el cuerpo de la nota dice: La primera Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE), del INEGI, señala que la expectativa de no poder sufragar los gastos del hogar, un indicador de pobreza subjetiva afecta a 43.4% de la población adulta en México. Además, 11.3% del total manifestó incertidumbre para contar con los recursos económicos para poder cubrir sus necesidades. Poco menos de la mitad, el 45.3%, dijo que sí podría cubrirlas.


El estudio señala que, en algún momento de los últimos 12 meses, más de un tercio de la población, el 36%, tuvo que pedir prestado para sufragar su presupuesto. El reporte revela además que en los últimos 12 meses el 14.8% de la población perdió su negocio o trabajo, y dos terceras partes de los casos no cotizaban en la seguridad social del país. “Si vemos los puntos sobre si el hogar no podrá cubrir gastos del próximo mes y pidió prestado para gasto corriente, esto implica que están algo por debajo del promedio nacional, es decir, que en su situación económica hay precariedad, apuntó Gerardo Leyva, director general adjunto de Investigación del INEGI.


El estudio también reveló que la población que reside en la Ciudad de México es la que está menos satisfecha con su vida. El índice que mide esta variable se ubicó en 8.15 puntos. Le siguen Puebla y Guerrero, con 8.16 puntos en cada caso. En el extremo opuesto resultó Nuevo León, con la mayor puntuación en satisfacción con la vida, con 8.79 puntos del total. Como se ve, en la ciudad más grande del país, donde gobierna la preferida de AMLO para sucederlo en el cargo, Claudia Sheinbaum, hay más personas menos satisfechas.


En medio de la crisis económica que azota a nuestro país y el mundo, especialistas en economía, inteligentes, y visionarios sostienen que para la mejora sustancial del nivel de vida de los trabajadores requiere de una política claramente orientada al mejor reparto de la renta nacional, bajo la intervención del Estado empujado por la presión de la lucha de los obreros. Es decir, se necesita que los que producen directamente con sus manos la riqueza de este país, se organicen y luchen encabezados por un partido obrero de vanguardia para defender sus intereses inmediatos y de largo plazo. Esta es la verdadera alternativa, no hay otra.

 

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