Eduardo Campos Flores
Gracias
a los oportunos análisis de especialistas en Ciencias Sociales y Políticas de
importantes centros universitarios públicos y privados, entre ellos la
Universidad Iberoamericana (IBERO), hoy la mayoría de los mexicanos sabemos con
certeza que el modelo de comunicación política del presidente Andrés Manuel
López Obrador que tiene como eje articulador
son las llamadas “mañaneras”, utilizadas no sólo en estricto apego a la
rendición de cuentas y el derecho a la información, sino como forma de
propaganda política de la figura presidencial, su gobierno, acciones y la 4T.
Los
académicos aseguran, las mañaneras permiten a AMLO estar presente en la mayoría
de los medios de comunicación, mismos que se ven forzados a darle cobertura a
lo dicho por el mandatario federal cada mañana y posibilitan que el mandatario
coloque temas en la opinión pública que son recogidos, defendidos o
cuestionados por los principales líderes de opinión del país, incluso de otros
países. Sobre todo, le permiten al presidente reforzar la imagen presidencial.
Con este modelo de comunicación política López Obrador pretende evitar la
dispersión de la información que sale de Palacio Federal al enfrentar con los
propios datos las emitidas por otras fuentes. Muchos analistas señalan que
gracias a las mañaneras, la 4T ha logrado que muchos mexicanos crean ciegamente
la efectividad de su estrategia política.
Para
los que por fortuna no somos víctimas de las mañaneras tenemos la obligación de
sumarnos a los esfuerzos de destacados líderes de opinión y contribuir a
desenmascarar muchas de las falsas afirmaciones del gobierno lopezobradorista.
Me llamó la atención una nota de la periodista Elizabeth Hernández publicada el
pasado 29 de octubre en el portal ejecentral.com.mx bajo el título “En 24
horas, vacunan a 7 millones…en el papel”. El subtítulo dice: Para que el
presidente López Obrador pudiera presumir que 83% de los adultos mayores tiene
al menos una dosis, las bases de datos tuvieron cambios abruptos.
En el
cuerpo de la nota se lee: El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en
esa mañana que su Gobierno había cumplido con la promesa de aplicar al menos
una dosis anti-covid a todas las personas adultas del país antes del 31 de
octubre; sin embargo, las cifras que presentó muestran que sólo se logró una
cobertura del 83% del objetivo, que en términos reales representa un 59.09% de
la población total de México.
Además,
las cifras de vacunación que se presentaron en esa mañanera tuvieron un
incremento de 4 puntos porcentuales respecto a las del día anterior, lo que
significa que más de 7 millones de personas fueron inmunizadas en las últimas
24 horas, una cantidad que se logró mediante diversos ajustes poco claros que
contradicen los reportes de la propia Secretaría de Salud. Datos de los
informes técnicos de esta dependencia muestran que en México se siguen
acumulando millones de vacunas que no se utilizan de manera inmediata, mientras
el promedio semanal de inmunización ha caído desde su pico a fines de julio y
no supera las 700 mil aplicaciones actualmente.
Por lo
que desde mi punto de vista, lo dado a conocer por el mencionado medio de
comunicación es sumamente valioso, pues efectivamente las vacunas en papel, así
como, otros supuestos logros de la 4T solo sirven para las presunciones
presidenciales, la efectividad de las afirmaciones del lopezobradorismo no
impactan en el mundo como quiere hacer ver el presidente de los mexicanos.
México no está entre los primeros países de América Latina en inmunización, de
acuerdo con datos de organismos internacionales, lo sitúan, con un 25%, por
debajo de la población vacunada con dosis completa que se ha alcanzado en Chile
(70%) o Colombia (28%), por poner unos ejemplos. En estos casos se toman en
cuenta toda la población vacunable, mientras que en México, el Gobierno
prefiere recurrir a otras comparaciones, ya conocidas.
Con lo
anterior se da respuesta a muchas preguntas que fueron hechas en su momento
sobre la efectividad de la estrategia política del actual Presidente de la
República para redirigir las políticas gubernamentales en favor de los pobres,
para incentivar el crecimiento económico, para reducir los niveles de
inseguridad, violencia y corrupción que sufre el país, para colocar a México al
nivel económico y político de las naciones más poderosas. De tal manera que no
es necesario esforzarnos mucho para darnos cuenta de que en nuestro país se
siguen aplicando las mismas políticas económicas impuestas en favor de los más
ricos de México y el mundo, incluso peores, de los que AMLO y sus seguidores
dicen haberlos quitado. Basta remitirnos a la cuestión de si las vacunas en el
papel… son la efectividad de la 4T.
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