Salvador
Mateo
Desde
los primeros meses del autollamado Gobierno de la Cuarta Transformación, varios
intelectuales e investigadores advirtieron de su total desprecio por la ciencia
y la cultura. Señalaron que este bajo aprecio es perjudicial, preocupante y
potencialmente peligroso debido a que el daño proviene de un gobierno
convencido de disponer una verdad absoluta. Para el presidente Andrés Manuel
López Obrador, la ciencia y la cultura no son lo suficientemente importantes
como para no ser sacrificados en aras de otras de sus prioridades como el Tren
Maya, la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía, entre otras.
Con lo citado brevemente considero que a eso se deben, en buena medida, los ataques de López Obrador en contra del exrector Raúl Padilla López de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y hasta de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Abunda información en la prensa nacional de que el mandatario federal en reiteradas ocasiones ha criticado a Padilla por ser un cacique, utilizar a la FIL para atacar a la Cuarta Transformación y hasta hacer que la UdeG frene el regreso a clases presenciales por motivos políticos pues, es él quien toma las decisiones en la máxima casa de estudios del Estado de Jalisco.
Los medios dan cuenta que, aunque
las críticas a la FIL comenzaron casi desde su llegada, fue el 13 de noviembre
de 2020 cuando AMLO dijo que en las últimas ediciones la Feria Internacional
del Libro habían estado dedicadas contra su administración, "pero no sólo
eso, se traen a Mario Vargas Llosa, Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze y
todos ellos. Pero me entero de que en España le entregan el Premio Príncipe de
Asturias a la FIL Guadalajara y el que lo recibe es ni más ni menos que Raúl
Padilla y es el que da el discurso".
El que escribe estas líneas no
tiene la intención de defender al exrector de la UdeG, es seguro que no lo
necesita. Pero es importante señalar que las nuevas arremetidas presidenciales
en contra de la Universidad de Guadalajara y la FIL se dan en un contexto en
que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está siendo objeto de
constantes ataques por parte del Titular del Poder del Ejecutivo Federal, los
que representan un peligro para toda la educación superior del país, ya que en
el trasfondo busca convertirla en arma eficaz en su lucha ideológica contra los
que cuestionan los resultados de su gobierno y orientarla hacia los fines
políticos y económicos de su llamada Cuarta Transformación.
En este sentido coincido con los
que aseveran que es legítimo el reclamo de la UNAM al exigir respeto a su
autonomía. Para los casos de la UdeG y la FIL no pueden ser la excepción.
Tienen razón las autoridades universitarias de la máxima casa de estudios del
Estado de Jalisco al aclarar públicamente, sobre la presencia de Raúl Padilla,
en España durante el premio Princesa de Asturias, y que incomodó al presidente
López Obrador, fue porque es el presidente de la Feria Internacional del Libro,
que hace un año recibió dicho reconocimiento. Si la FIL fue merecedora de dicho
premio se debe a que es uno de los eventos literarios más importante de habla
hispana y la segunda más importante del mundo.
Para los miles de mexicanos que hemos tenido la oportunidad de visitar cuando menos alguna de las ediciones de la FIL, creada en 1987 por iniciativa de la Universidad de Guadalajara, nos ha sido posible percatarnos de que efectivamente es el mayor mercado mundial de publicaciones en español, tal como dicen sus promotores. Cada año recorren sus pasillos editores, agentes literarios, promotores de lectura, traductores, distribuidores y bibliotecarios, que acuden a realizar intercambios comerciales y profesionales. En cada edición se dan cita más de 828 mil personas, que a lo largo de nueve días se sumergen en los libros y disfrutan de uno de los festivales culturales más importantes de América Latina.
Ha llegado la hora de
solidarizarnos con las víctimas de los abusos del poder presidencial, ya que
mañana nadie levantará la voz por nosotros. No cabe duda de que con el Gobierno
de la Cuarta Transformación la ciencia y la cultura, así como, las
universidades del país están en peligro. Ante este indignante panorama, los
mexicanos que aspiramos a una patria más justa, próspera y soberana se nos
impone la tarea de defender el presente y el futuro de México. En ninguna
circunstancia podemos perder de vista que la UNAM, la UdeG y la FIL están en la
mira de AMLO.
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