Milton Iván Peralta
Carlos Grijalba
El Volcán/Guzmán
Hay una
grieta que a traviesa una ciudad. Una grieta que deja sin casa a familias
enteras. Ya se ha denunciado el caso de la colonia La Primavera II, a un
extremo de la ciudad, pero antes fue por la calle Manuel M. Diéguez, después
más al centro, Bustamante, ahora a la vuelta de ahí, en Morelos, donde al pasar
no se nota, pero hay casas cuarteadas, casas abandonadas por sus familias que tuvieron
que alejarse por el peligro que representaba. Una vez más las autoridades
ignoran, olvidan.
Comenta que se ha platicado con
personas del gobierno municipal anterior “pero nada, nadie nos ve ni nos oye,
estamos solos con nuestro problema”, dijo el vecino.
Las afectaciones las describe, como
un desnivel bastante grande, grietas, que “hacen inhabitable la casa, sobre
todo la inseguridad, no se puede por la inseguridad, tuvimos que dejarla, las
grietas atraviesan de forma trasversal la casa, pero media casa está totalmente
destruida”, dijo Adolfo Aguayo Bonilla.
Desde el ingreso en la cochera
pueden verse las grietas, el documento de Protección Civil lo describe: “en el
interior de la vivienda se pueden observar agrietamientos y fisuras en muros y
techos de la cochera, la habitación principal y el espacio compuesto por
jardín, recibidor y sala-comedor, los cuales han progresado en los últimos
meses”.
Los agrietamientos son tan “sutiles
o tan leves, que no se nota de inmediato, ayer -martes- se cayeron unos
enjarres, cuelgan del techo algunos pedazos de concreto, el movimiento es
constante, cuando tiembla nos preocupa que se caiga, pero no podemos hacer
más”, dijo Adolfo Aguayo Bonilla.
A pesar de que Protección Civil
pidió desalojar la casa “ninguna autoridad nos ha pedido nada, “nadie nos ha
puesto atención”.
Y aunque en las pasadas campañas dos
candidatos visitaron la vivienda “la candidata de MC, Laura dijo que el
ayuntamiento no tenía el presupuesto, pero le dije que sí la capacidad de
gestión, no se llevó nada, el candidato del PRI, también pasó por aquí, se
mostró más dispuesto y colaborador, pero no llegó y seguimos esperando la ayuda
de alguien, ojalá no sea demasiado tarde”, lamentó Adolfo Aguayo Bonilla.
Pero dice que a pesar de que el
gobierno no ayuda, sí siguen cobrando los impuestos del agua, la luz y el
predial “este último no lo he pagado, no he querido hacerlo, por la inversión
que le hicimos a la casa”.
PIDEN DEMOLICIÓN DE CASAS, PERO
VECINOS YA LO HAN SOLICITADO
Además, comenta el oficio que “se
observa desplazamiento y fracturas en el muro perimetral sur, causado por el
hundimiento y movimiento de la vivienda colindante por la calle Bustamante
#124, la cual ya no se encuentra habitada porque cuenta con daños graves a su
estructura y se requiere demoler para reducir el riesgo a las viviendas
colindantes”.
Además, dice en el punto tres de las
consideraciones: “el inmueble se ve afectado por el hundimiento de la vivienda
colindante al sur ubicada por la calle Carlos María Bustamante #124, la cual
presenta riesgo alto de colapso y requiere ser demolida en la mayor brevedad
posible, para minimizar el riesgo a las viviendas colindantes; Bustamante 120 y
122 y la propia vivienda de Morelos 144”.
Obviamente,
la casa no ha sido demolida; lo irónico del asunto, es que la dueña de esa
finca, pidió el 22 de mayo 2018, mediante un oficio dirigido a presidencia y a
obras públicas, que esa finca fuera demolida, basado en el dictamen de riesgo
realizado en abril del 2012 por Carlos Alejandro Cuevas Curiel, director en ese
entonces de Protección Civil.
“Zona de alto riesgo por encontrarse
dentro del mapa de peligros naturales, como lo es por falla geológica y como un
espacio no factible para su habilidad, mientras no se realicen obras de
protección consistentes en mejoras estructurales, mismas que estarán
condicionadas en el apartado de las recomendaciones”, firmando Isaura Flores Solís.
SE ACABA EL PATROMINIO
El maestro jubilado hace un esfuerzo
para pagar los impuestos “no he logrado que el ayuntamiento acepte que el
predial no tiene caso estarlo pagarlo, el agua lo sigo pagando cada año, la luz
la sigo pagando, sigo manteniendo la casa, porque no quiero que sea un nido de
situaciones peligrosas y poner en riesgo a los vecinos”.
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