Eduardo
Campos Flores
La
opinión pública ha venido señalando que el presidente Andrés Manuel López
Obrador piensa que es dueño del dinero público y sin que nadie diga nada, lo
puede destinar a satisfacer sus caprichos. Es por eso que el mandatario federal
está obstinado en sus proyectos que, a decir de él, son los mejores proyectos
del mundo de su llamada Cuarta Transformación, aunque ello implique castigar a
la mayoría de los mexicanos. Con base a este señalamiento, no es casual que
AMLO y sus incondicionales hayan borrado obras prioritarias para Jalisco. En el
Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2022, no se contemplan recursos
ni para la Línea 4 del Tren Ligero, ni para la presa El Zapotillo.
En
el PEF 2022, no están contemplados recursos para otros proyectos prioritarios
para la entidad, como el acueducto a la presa de el Salto y la de Calderón,
tampoco para la ampliación de la planta de tratamiento del Ahogado, ni para
continuar con la adecuación de las laterales del periférico que son parte del
proyecto Mi Macro Periférico, a pesar de que el presidente se ha comprometido
públicamente a destinar recursos para que se realicen estos proyectos. La
Cámara de Diputados aprobó, el Decreto de Presupuesto de Egresos de la
Federación para el Ejercicio Fiscal 2022, por mayoría de votos de los diputados
de Morena y sus aliados del PT y PVEM, un gasto total de 7.08 billones de
pesos, pero no se encontraron etiquetas para proyectos estratégicos del estado,
pese al compromiso por parte del Gobierno Federal.
Tampoco
hay recurso para conservación de infraestructura carretera para Jalisco, esto a
pesar de que según cálculos del Gobierno Estatal el presupuesto del próximo año
para conservación de infraestructura carretera es de ocho mil 600 mdp.
Igualmente, no se contemplan recursos para Conservación, Estudios, Proyectos de
Caminos Rurales y Carreteras Alimentadoras, que llega a un monto de cuatro mil
533 millones de pesos, de los cuales no hay ni un peso etiquetado para el
estado. No es necesario ser especialista en administración pública para darse
cuenta de que estos montos son altos y se requiere que la Federación regrese
una parte de los impuestos que pagan los jaliscienses para que sean destinados
a obras carreteras en la entidad.
Pero,
los legisladores federales morenistas y sus aliados, incluidos los que
representan a Jalisco obviamente, acatando la voluntad de su jefe e ideólogo
López Obrador sumaron mayoría de votos y avalaron el PEF 2022 sin quitarle una
sola coma, a pesar de que está afectando a los Estados. Por lo que, en el
próximo ejercicio presupuestal, nuevamente se privilegió un presupuesto
multimillonario para el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería
de Dos Bocas y sobre todo para los programas de política social con claros tintes
electorales, como Sembrando Vida y Pensión para Adultos Mayores.
Está
clara la trampa. Los aumentos que se dan son a costa de recortes en otros
sectores, incluyendo organismos que tendrán labores críticas en 2022, como el
Instituto Nacional Electoral (INE). Los especialistas afirman que el gobierno
mexicano es incapaz de aumentar el gasto social sin recortar en otros lados, es
porque no se ha aumentado la recaudación de manera sustantiva. Como muestran
los criterios generales de política económica de la Secretaría de Hacienda, en
2022 los ingresos tributarios serán de 14 puntos del Producto Interno Bruto
(PIB), poco menos de lo aprobado en 2021. Esto tampoco es muy diferente de la
recaudación que teníamos en el 2018, cuando eran de 13 puntos del PIB. Así, lo
que parece ser un aumento en el gasto social es en realidad una simple
reasignación que proviene de dinero que se les quita a otros mexicanos.
Pero
lo peor, es que los recursos públicos que se tiran en las obras faraónicas del
presidente impiden que se destinen para comprar medicamentos, vacunas,
construir escuelas y hospitales; participaciones federales a estados y
municipios; profesionalizar a las policías del país; mantener los fondos
metropolitanos; restablecer el fondo emergente para desastres naturales; seguro
de desempleo; estancias infantiles y promoción turística del país. Estos son
solo algunos rubros que pudieran apoyarse si se reduce el presupuesto a la
mitad de la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, la refinería de Dos
Bocas y el Tren Maya.
Sin
embargo, se ve que no hay poder humano que convenza al presidente de dar un
paso atrás, aunque sea un ápice en sus ambiciones. Ante este panorama, los
afectados por la injusta distribución del presupuesto federal, necesitan
establecer una estrategia política, que incluya la batalla en los medios y en
redes sociales y sobre todo la movilización popular. La otra clave está en las
urnas, tal como sucedió en junio de 2021, en donde Morena y aliados perdieron
la mayoría calificada en la Cámara baja, pero esto no fue suficiente para
impedir que el presidente siga haciendo de las suyas.
Es
notoria la preocupación que tiene López Obrador rumbo al 2024, por ello no
escatimará recursos públicos para apuntalar su proyecto político. De tal
manera, si no se consolida un bloque opositor que se aplique con inteligencia,
creatividad, movilización y el trabajo de campo entre la población, no se podrá
evitar que Morena gane nuevamente dentro de tres años. AMLO y sus
incondicionales borraron obras prioritarias para Jalisco, por lo que el pueblo
jalisciense debe actuar en consecuencia. No hay otra alternativa.
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