J.
Jesús Juárez Martín
Entre
apoyos, dudas, comentarios la decisión fue tomada por las Autoridades Federales
y Estatales, tal vez, sea la forma mejor de concientizar la gravedad del Covid19,
porque los alumnos en especial los menores son excelentes y convencidos
mensajeros. Aseguro que muchos involucrados durmieron intranquilos por diversos
sentimientos encontrados, temores de contagio, alegría porque es evidente que
las clases presenciales, es la forma clásica y mejor de instruir y educar, y
como la generalidad tenemos la experiencia, no nos es indiferente, además
nuestras familias tienen estudiantes, en alguna escuela.
Los
preparativos, auguran seguridad, al desinfectar escuelas, salones, servicios
diferentes, baños, patios, al recibir o adquirir las familias los materiales escolares,
uniformes que los diferencian y personalizan; por la noche de hoy lunes 30 de
agosto del año 2021, observaré las imágenes de la televisión, escucharé
opiniones de los que experimentan esta realidad laudable para nuestra sociedad
en general, que sin duda son de encuentro optimista para la realización más
importantes en la vida, aprender a convivir con los semejantes, y a la vez
extraños, sociabilizarse con las relaciones adecuadas de respeto, aprecio y lealtad,
entender el significado de aprender para hacer, compartir, superarse, convivir,
relacionarse y lograr los objetivos educativos, personales, familiares y
sociales...
Muchos
reencuentros esperados y posibles, muchos otros, no posibles por ausencias de
educandos, por pérdida, por cambios de domicilio, por completar la educación en
el centro escolar, porque los humanos son mortales y el Covid, no sólo nos
confinó, también hubo lamentables decesos de personas apreciadas y conocidas...
Volverán
los murmullos, las voces, los gritos de alegría y dolor en las aulas de las
escuelas, los patios de recreo volverán a ocuparse, los campos deportivos,
serán lugares de encuentros y desencuentros y hasta el verde y recién podado
pasto, volverá a ser alfombra deportiva, las aulas recobrarán.
El
bullicio, la vida infantil, juvenil y de experiencias, volverán a ser un haz de
conductas y comportamientos.
La
inquietud de los reinicios anuales escolares por parte de los Mentores,
Directivos y demás Personal, volverá a ponerlos en acción por sus servicios, imagino
los infantes escolares que por vez primera son llevados al Jardín de Niños, al
centro educativo de los que cambiaron de domicilio o de centro escolar, todo en
el complejo y funcional encuentro educativo que tanto de él se espera, sólo con
disposición , trabajo, entendimiento y colaboración se alcanzarán los objetivos
de la familia, de los educandos y de los Centros Educativos.
Los
docentes ya separados del servicio educativo, al encuentro de alumnos
uniformados, añoran sus acciones magisteriales
y hasta en sus tesoros inconscientes o conscientes, le repasan una vez más la
película de su vida profesional, que con la adolescencia se decidió, se
configuró con los estudios de Normal, y se realizó por muchas generaciones de
alumnos que pasaban por su aula y enseñanzas, una película inolvidable que se
repasa en los diferentes momentos:
nostalgia, alegría, testimonios personales alegría pasajera, gozo en los
reencuentros, todos de la vida laboral
de realidades, logros y de objetivos no vividos... en el alejamiento de la enseñanza, en la
nostalgia de los recuerdos, en los reencuentros con aquellos inquietos ex
alumnos que de prisa van por la calle y saludan con una sonora expresión de
¡Profe...! o bien ¡Maestra! Una sonrisa parece intercambiarse, tal vez un
ademán de saludo, pero siempre la sonrisa llena de recuerdos, bordada de
arrugas, un caminar lento por esos caminos que el Señor nos permite transitar y
seguir disfrutando, mientras la vida personal, la convivencia se disfruta en lo
que parece rutina... pero es existir, es vida en esencia... ¡Fructuoso Año Escolar!
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