Pedro Vargas Avalos
Vaya
que la materia electoral se ha tornado en un verdadero mareo, un fastidio
ciudadano recurrente porque, un día sí y otro también, da mucho que pensar, lo
que hace muy factible se pueda llevar a cabo una reforma de fondo en tal tópico,
a efecto de evitar trastornos a la vida nacional.
Tanto
los organismos máximos del ramo (Instituto Nacional Electoral -INE- y el
Tribunal Electoral de la Federación -TEPJF o Trife-) en los asuntos que
regentean, llámese comicios, consultas o revocación, así como la conducta de
sus miembros (consejeros y magistrados, incluyendo algunos funcionarios de
ambos cuerpos), no dejan de originar noticias perturbadoras. Ahora se han
lucido cinco magistrados con el “madruguete” que dieron al presidente del TEF
(José Luis Vargas Valdez), a quien ya se le traía de boca en boca por sus
manejos económicos sospechosos, a atal grado que se le apodó como “magistrado
billetes”.
Sobre este tema del albazo, (que propició hubiese dos presidentes del Trife) informó el diario Contrapeso Ciudadano, del 4 de agosto pasado: “Luego de que 5 magistrados determinaron la salida de José Luis Vargas de la presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), estos mismos magistrados votaron en favor de que sea el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, quien deseó la muerte de AMLO, el nuevo titular del TEPJF”.
Debemos recordar (como lo hizo AMLO en la mañanera del jueves 5) que el magistrado del TEPJF, Reyes Rodríguez, publicó vía twitter el 5 de octubre de 2020: “Ojalá ya se muera ese viejo culero de Palacio Nacional”. Esto le provocó una avalancha de críticas en las redes sociales, ocasionando que el magistrado dijese que lo habían hackeado, para luego borrar la ocurrencia y presentar una denuncia.
La
esposa del presidente, Beatriz Gutiérrez Muller, manifestó: “Nadie debe desear
la muerte, la enfermedad, el mal ni la ruina de nadie. Todos deberíamos anhelar
la paz para el prójimo y que este Otro se encuentre rodeado de amor de modo que
nunca tenga la tentación, ni de broma, de quemar vivo a quien no piensa como él”.
Seguramente eso de quemar vivo, lo dijo
la señora de AMLO, aludiendo al escritor Francisco Javier Moreno, quien,
confesando sus hígados, expuso ante el derechista Pedro Ferriz: “propongo, que
si se pudiera regresar a la época de la inquisición, yo colgaba a cada uno, no
colgaba, quemaba vivo a cada uno de los morenistas en el zócalo
capitalino”.(Aristegui noticias, 3-oct-2020).
El
ultrapanista, Fernando Belaunzaran, salió luego en defensa del susodicho
magistrado y publicó un mensaje dirigido a Jesús Ramírez Cuevas, Coordinador
General de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República,
acusándolo de mandar: “a toda su caterva de fanáticos, trolls y bots a lanzarse
contra el magistrado Reyes Rodríguez, a sabiendas que le hackearon su cuenta”.
Todos
esos personajes del Trife, (lo mismo se puede decir del INE) son producto del
nocivo sistema de cuotas con que se integran los organismos dizque “ciudadanos”
o simplemente autónomos, que tanto han proliferado en los tiempos modernos, y
que en general han sido solo refugio de políticos o rancios burócratas, que
desde luego actúan de acuerdo a sus protectores, haciendo a un lado los
objetivos sanos que fundamentaron la creación de esas instituciones.
Al
respecto debemos tener presente que en 2016 se amplió en 4 años los períodos de
varios magistrados, por lo que ahora concluirán sus ejercicios en 2023 y 2024.
Como en ese entonces no había más chicharrones que los del PRIAN y su comparsa
de restos perredistas, pocos medios y comentócratas los criticaron. En cambio,
ahora, con la ampliación de dos años al período del presidente de la Suprema
Corte de Justicia (quien en buena hora anunció su rechazo), papel faltó para
imprimir las impugnaciones por parte de los simpatizadores del antiguo régimen,
y por consiguiente ásperos adversarios de la Cuatro T.
La
magistrada Janine M. Otálora Malassis, fue electa en noviembre de 2016
presidenta del TEPJF, pero con el cambio de administración federal, ante amagos
de denunciarla y tras difíciles decisiones (como el caso Puebla de la finada
gobernadora Martha Erika Alonso, que ella apoyó) generadoras de crisis en el
tribunal, presionada renunció en principios de 2020 declarando: “hoy, la vida
institucional de México vive una nueva época y el Tribunal Electoral como
órgano del Poder Judicial de la Federación debe saber adaptarse a los cambios”.
El promotor principal de su dimisión fue el magistrado José Luis Vargas.
Concluido
el período de cuatro años de la renunciante, por el magistrado Felipe Fuentes
Barrera, sorpresivamente el Licenciado Vargas Valdez fue electo en noviembre retropróximo,
para un período que la Constitución precisa es un cuatrienio. Y no se prevé
revocación constitucional, salvo la renuncia. En consecuencia, el nuevo
supuesto titular del TEPJF, Reyes Rodríguez Mondragón, asume un borroso futuro
legal, a lo que debemos agregar la enorme cantidad de adversarios que tiene por
su trayectoria filopanista, pues se forjó con Fox y Calderón, protegido siempre
de Roberto Gil Zuarth, (calderonista distinguido, amagado de ser judicializado
por cuestiones pecuniarias). En el itinerario de Reyes Rodríguez, están dos lances
sugestivos: el 28 de octubre de 2016, el actual primer mandatario era líder de
MORENA, y la elección de Zacatecas-ganada por su partido- llegó a la Sala
Regional Electoral de Monterrey: el magistrado había redactado un boceto para convalidar
la elección, ante lo que fue llamado a la Secretaría de Gobernación (junto al
senador Roberto Gil Z., mecenas del magistrado) y allí se le instigó para trocar ese proyecto, a cambio se
le haría Magistrado del Trife; así lo hizo y enseguida fue nombrado miembro del
alto tribunal electoral. El segundo evento, es haber votado a favor del fallido
partido México Libre de Margarita Zavala; con esos actos, es evidente que
delata sus querencias.
Ante
la rebelión sucedida y su especie de “golpe” (que sirvió eficazmente Janine Otálora,
como denotando revanchismo), el presidente de la JUCOPO (Junta de Coordinación
Política del Senado), Ricardo Monreal, expresó que el Senado y la Corte
“debemos actuar de inmediato para atender y dar cauce a lo que hoy (4 de
agosto) ocurrió. Evitemos una crisis constitucional…”. La Suprema Corte (el
Trife es parte del poder judicial) vía su presidente, ya recibió a los
magistrados golpistas, y el defenestrado dirigente del Tribunal, dijo acudiría
a la Corte. Por su lado, el PAN ripostó: nadie debe intervenir, el Tribunal no
tiene jefe, y MORENA lo que busca es llenar de aliados al Trife, enfatizó
Damián Zepeda. Sin embargo, para Andrés
Wainstein, analista de La Política on Line, “El Tribunal Electoral es el primer
foco de un incendio que apenas levanta sus primeras llamas”, en lo que tiene
razón, porque ciertamente en este embrollo debe haber un instigador, todo
agravado porque como afirmó el representante de la Corte, Arturo Zaldívar: “El
Consejo de la Judicatura no tiene facultades constitucionales ni legales de
disciplina y vigilancia sobre el TEPJF. Es una anomalía en el diseño
institucional que debe corregirse si se quiere un combate serio en contra de
los abusos, de la corrupción y de la impunidad.” (Twitter, 21-jul-2021).
El
otro frente crítico, ya percibido desde hace dos años, es la integración y
funciones del INE, donde su dirigente (Lorenzo Córdova) y su brazo derecho
(Ciro Murayama) han sido verdaderos dolores de cabeza para la Cuatro T, y para
varios partidos, incluyendo los malestares de Movimiento Ciudadano y el Verde,
multados por dicho organismo. De allí que AMLO esté decidido a plantear una
iniciativa para transformarlo, pues afirmó el 5 de agosto: “la verdad es que
hay una situación de crisis en el Tribunal Electoral, una descomposición; de
ahí la necesidad de reformar, tanto el INE como el Tribunal Electoral”, este de
plano, dice el primer magistrado, fue hecho como un “Frankenstein”, por los
prianistas, ya que siendo parte del poder judicial, este no tiene atribuciones
para intervenir en sus crisis, lo que suscita que siga prevaleciendo la
partidocracia que los forjó.
Así
pues, la actitud contumaz de los miembros del TEPJF y del INE, sembrando
vientos y levantando tolvaneras recurrentes, se ha granjeado miles de
objeciones y con ello, generado la idea de que se reforme todo el entramado
electoral, siendo la meta erradicar el espurio procedimiento de cuotas para su
integración, anticipando fórmulas para prevenir situaciones como la actual,
ciñendo a las dos instituciones y sus funcionarios, a la rendición de cuentas,
a la austeridad republicana y sobre todo, a priorizar el esencial objetivo de afianzar
la vida democrática de los mexicanos. Este fin es lo que no ha sucedido en el
presente lío del Trife, pues estando pendiente concluir el proceso electoral
del 6 de junio, que incluye la integración de la Cámara de diputados federal,
resolver las impugnaciones en la elección de gobernadores y en general validar tales
comicios, los señores magistrados prefirieron atender sus disensiones internas
y con desdoro de su deber como jueces constitucionales, provocaron tener en
vilo a la nación.
Todo
lo aquí comentado, confirma la idea de llevar a cabo una reforma integral, con
la participación de toda la ciudadanía, a efecto de realmente perfeccionar las
instituciones electorales, lo que permitirá afirmar cada vez más, el modo de
vida democrático que la Constitución previene debemos de cultivar todos los
mexicanos.
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