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jueves, 5 de agosto de 2021

Quejas por el arrastre de tierra


 


 

Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán

 

 

Como nunca antes y durante el temporal de lluvias, se había producido tanto arrastre de tierra y otros materiales provenientes de los cerros y montañas ubicadas al oriente de la zona urbana de Ciudad Guzmán, como está sucediendo actualmente. Es cierto que ha llovido mucho, tormentas que precipitan grandes volúmenes de agua, lo que dejó entredicho las predicciones de que éste sería un año de secas, pero también son más los lodos y tierra que quedan en las calles y en zonas donde anteriormente no ocurría este fenómeno.



            Lo que mucho ha contribuido al arrastre de tierras y arenas sin duda se debe a las continuas acciones que llevan a cabo propietarios de terrenos localizados principalmente en la parte oriente de la ciudad, que al ponerlos a la venta con fines comerciales cambian de uso, si antes eran de cultivo o áreas arboladas que de alguna forma retenían agua y evitaban el arrastre de suelo cuando llovía, ahora, con las modificaciones hechas, se hace más patente el problema de deforestación y uso que tienen los cerros y montañas.


            A la distancia y mirando desde el poniente de la ciudad, se puede apreciar cómo se ha venido modificando o transformando la serranía que bordea a la ciudad por su lado oriente, de noche parece que estamos viendo una zona portuaria, como Manzanillo, Acapulco o Vallarta, las casas cada día alcanzan las alturas, se fincas en laderas con mucha pendiente, modificando su estructura y donde se construye al gusto, esperando que se respeten no solamente los reglamentos que rigen la construcción de casas, sino las mínimas condiciones de seguridad para que nunca se vayan a venir con una avalancha que puede generar una fuerte lluvia.


          


  Construir en las alturas provoca otras condiciones que tienen que ver con la prestación de los servicios públicos, como agua, drenaje, luz eléctrica, servicio de recolección de la basura y vigilancia, así como el abasto de agua embotellada, gas y otras necesidades mínimas para el funcionamiento u operación de una casa habitación, lo que sin duda se logra superar con la invasión de unidades en zonas en donde las más de las veces no tienen bien trazadas mucho menos pavimentadas sus calles, contribuyendo en algo a lo que se está padeciendo en la parte baja de la ciudad.


            De igual forma, si en la parte plana, considerada como la zona urbana de Ciudad Guzmán, la recolección de la basura y desechos todavía deja mucho que desear, pese a que se paga una suma muy alta a la empresa que de manera particular se le concesionó la prestación de este servicio obligado para la administración municipal, qué no puede suceder en esas zonas abiertas a la construcción y ocupación de casas y personas, que si bien tienen el derecho a habitarlas, tal vez en allí donde se genera mucha de la basura que las corrientes de agua que provocan las lluvias las arrastren y produzcan el taponamiento en las bocas de alcantarillas o de tormentas.


            Es aquí cuando la pregunta obligada es si la Dirección de Obras Públicas está al pendiente del tema, porque mientras organismos como el OPD SAPAZA, Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Zapotlán el Grande, invierte grandes sumas de dinero para evitar que las aguas de lluvia provoquen daños a los bienes muebles e inmuebles de los ciudadanos que viven en rutas críticas cada temporal de lluvias, como lo es Leona Vicario, el desorden que en materia de modificación de terrenos se refleja en otras zonas habitadas, es un cuento de nunca acabar, debe haber más acción porque mientras que con la utilización de recursos públicos se busca subsanar, otros hacen lo que les viene en gana, en aparente impunidad o libertad que nadie frena.


              

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