Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
Como
nunca antes y durante el temporal de lluvias, se había producido tanto arrastre
de tierra y otros materiales provenientes de los cerros y montañas ubicadas al
oriente de la zona urbana de Ciudad Guzmán, como está sucediendo actualmente.
Es cierto que ha llovido mucho, tormentas que precipitan grandes volúmenes de
agua, lo que dejó entredicho las predicciones de que éste sería un año de
secas, pero también son más los lodos y tierra que quedan en las calles y en
zonas donde anteriormente no ocurría este fenómeno.
Lo que mucho ha contribuido al
arrastre de tierras y arenas sin duda se debe a las continuas acciones que
llevan a cabo propietarios de terrenos localizados principalmente en la parte
oriente de la ciudad, que al ponerlos a la venta con fines comerciales cambian
de uso, si antes eran de cultivo o áreas arboladas que de alguna forma retenían
agua y evitaban el arrastre de suelo cuando llovía, ahora, con las
modificaciones hechas, se hace más patente el problema de deforestación y uso
que tienen los cerros y montañas.
A la distancia y mirando desde el
poniente de la ciudad, se puede apreciar cómo se ha venido modificando o
transformando la serranía que bordea a la ciudad por su lado oriente, de noche
parece que estamos viendo una zona portuaria, como Manzanillo, Acapulco o
Vallarta, las casas cada día alcanzan las alturas, se fincas en laderas con
mucha pendiente, modificando su estructura y donde se construye al gusto, esperando
que se respeten no solamente los reglamentos que rigen la construcción de
casas, sino las mínimas condiciones de seguridad para que nunca se vayan a
venir con una avalancha que puede generar una fuerte lluvia.
Construir en las alturas provoca
otras condiciones que tienen que ver con la prestación de los servicios
públicos, como agua, drenaje, luz eléctrica, servicio de recolección de la
basura y vigilancia, así como el abasto de agua embotellada, gas y otras
necesidades mínimas para el funcionamiento u operación de una casa habitación,
lo que sin duda se logra superar con la invasión de unidades en zonas en donde
las más de las veces no tienen bien trazadas mucho menos pavimentadas sus
calles, contribuyendo en algo a lo que se está padeciendo en la parte baja de
la ciudad.
De igual forma, si en la parte
plana, considerada como la zona urbana de Ciudad Guzmán, la recolección de la
basura y desechos todavía deja mucho que desear, pese a que se paga una suma
muy alta a la empresa que de manera particular se le concesionó la prestación
de este servicio obligado para la administración municipal, qué no puede
suceder en esas zonas abiertas a la construcción y ocupación de casas y
personas, que si bien tienen el derecho a habitarlas, tal vez en allí donde se
genera mucha de la basura que las corrientes de agua que provocan las lluvias
las arrastren y produzcan el taponamiento en las bocas de alcantarillas o de
tormentas.
Es aquí cuando la pregunta obligada es si la Dirección de Obras Públicas está al pendiente del tema, porque mientras organismos como el OPD SAPAZA, Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Zapotlán el Grande, invierte grandes sumas de dinero para evitar que las aguas de lluvia provoquen daños a los bienes muebles e inmuebles de los ciudadanos que viven en rutas críticas cada temporal de lluvias, como lo es Leona Vicario, el desorden que en materia de modificación de terrenos se refleja en otras zonas habitadas, es un cuento de nunca acabar, debe haber más acción porque mientras que con la utilización de recursos públicos se busca subsanar, otros hacen lo que les viene en gana, en aparente impunidad o libertad que nadie frena.
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