J.
Jesús Juárez Martín
La
cotidiana vida en nuestra Ciudad Guzmán, vive con alegría y comparten sus
habitantes la belleza arquitectónica de la ciudad con los visitantes y turistas
que recorren los lugares icónicos, en especial los encontramos en el centro, disfrutando
de la vista de edificios y portales con admiración desde el Jardín 5 de Mayo,
los portales que circundan este grande y cuidado espacio urbano, donde están la
Plaza de las Fuentes, y otro lugar para diversidad de eventos comerciales,
políticos, culturales, hacia el lado suroeste
cercano Portal Herrera y Cairo que termina en la parte oeste de Catedral;
si los visitantes se desplazan.
Por
la parte media del basto jardín pasan a un lado del monumento a Presidente don Benito
Juárez, que mira hacia el Kiosco en la parte central y al frente de la
Presidencia Municipal; aunque me gusta escuchar Palacio Municipal, en especial
cuando se refieren en las grandes ciudades, refiriéndose a momentos de la
historia cuando desde ahí los representantes de su majestad y gobernaban a la
población, como en México en tiempos de la colonia antes de la consumación de
la Independencia en siglos XVI; XVII y XVIII donde estaban los Gobiernos
Virreinales en la Colonia y en los
fallidos Imperios Mexicanos de Don Agustín de Iturbide y de Maximiliano de
Habsburgo del Siglo XIX.
El
elegante, bello y sobrio Kiosco zapotlense, tiene en su bóveda una reproducción del Hombre en Llamas, o de Fuego
del singular muralista originario de esta Ciudad Guzmán, Don Clemente Orozco; buena reproducción del pintor Vicente Graciano
Rocha; existió hace años un Columnario, a Personajes Ilustres zapotlenses, significativo como
reconocimiento y homenaje, pero fue desaparecido
hace un trienio... encontramos otras esculturas además del ilustre Benito Pablo
Juárez García, están las de Juan José Arreola y José Clemente Orozco...
cerrándose el pasillo central de Sur a
Norte con el Foro y Teatro al aire libre Mtro. y Músico Luis Guzmán Velasco,
lugar de eventos culturales y recreativos en el corazón de la ciudad y la
cercanía de cuatro jardineras reverdecidas y floreando en las esquinas del gran
rectángulo.
En
el extremo norte del Jardín, al frente está el Portal Miguel Hidalgo y
Costilla, que se inicia en la Calle Cristóbal Colón y termina en la calle
Federico del Toro, soberbios edificios y casas de los siglos pasados que
cobijaron la provinciana vida de los siglos idos, al pasar la Calle Federico del Toro hacia el
Poniente nos encontramos con el significativo Palacio de los Olotes, el cual
nos recuerda al fértil Valle de Zapotlán cuando se significaba como productor
de maíz, porque hay la tradición que fue construido con la venta de lo olotes
de la cosecha, autentico granero de Jalisco que se significaba con la
producción de maíz.
Encontramos
circundado el Jardín Principal de coloniales portales y de sólidas columnas la
Calle Federico del Toro se adosa hasta la empequeñecida calle de Clemente
Orozco, mostrando magnificencia, aristocrática arquitectura y permitiendo el
fluir de personas que van, vienen por los amplios espacios de sus portales que
dan espacio para el caminar por el gusto de hacerlo o de la realización de actividades, en especial
este de mayor extensión hasta la calle Reforma, aunque cambie de nombre como
Portal Morelos llegando hasta la Calle Reforma, uniéndose con el Portal Ignacio
Zaragoza, rumbo a la Estación.
Respetuosos
pasamos por enfrente de la Catedral guzmanopolitana y al frente está el Templo
del Sagrario, caído y derrumbado en 1806, y ahora una confortable jardín donde
se ubica la estatua del michoacano Sr. Cura Silviano Carrillo de hace un siglo,
benefactor guzmanense, al lado, norte las oficinas del Obispado y luego el histórico
portal de Sandoval, asiento de las primeras casas de hace 488 años cuatro o cinco arcos hasta la Calle Lázaro Cárdenas y pasando la Calle, el recuerdo de la
presencia virtual de Fray Juan de
Padilla donde se ubica la espaciosa Presidencia Municipal de largos portales en
derredor de su Jardín 5 de Mayo.
Así
como no pasa desapercibida que Catedral no tiene sus torres completas, tampoco
se ignora la majestuosidad de los portales que circundan su Jardín 5 de Mayo,
en homenaje permanente a la defensa de Puebla en 1862 ante los invasores
francesas.
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