Un
momento por favor
J.
Jesús Juárez Martín
El
control de la pandemia del Covid19, parecía hace un mes que estábamos ya
saliendo y que a pesar de tantas conductas equivocadas, de errores voluntarios
o involuntarios sonreíamos... pensamos que ya pronto los expedientes, serían
archivos bien documentados del inicio, desarrollo culmen de la pandemia,
instructivos de cuidados para evitar contagio
de una nueva enfermedad que llegó tres meses después de su aparición en la
legendaria China, enfermedad, que en algunos casos es mortal con los pacientes
y entre la información nos presentaba la Estadística de enfermos por Covid19, muertos
en nuestro México hasta el 15 de julio de 2021, los infectados, en mayoría vivirá
para contarlo, un reducido porcentaje, del uno al dos por ciento de los
pacientes se calculan como muertos, desde el inicio las recomendaciones
conductuales establecieron normas para
afrontar la amenaza que sabíamos llegaba a ser mortal.
La
Secretaría de Salud notificó el acumulado de 27,538 defunciones por covid-19 en
sus comunicados diarios, lo que totalizaría al menos 322,365 personas
fallecidas por el coronavirus, y de nuevo los nosocomios vuelven a subir los
porcentajes de personas contagiadas, y eso nos sitúa en la escala de los países
con más muertes, después de los Estados Unidos.
El
coronavirus, Covid-19 ha cimbrado todas las actividades mundiales de los
humanos, las prácticas religiosas parecían inamovibles en su práctica por las
redes de comunicación que multiplicaron las transmisiones y cuando se permite el
culto religioso presencial hasta más del 50% del cupo de los recintos, sigue
siendo muy diezmada la asistencia y parece difícil volver a la presencial asistencia
de los fieles.
Del
tema de la religiosidad, una reflexión; las culturas precortesianas de América,
fueron politeístas y de ordinario entronizaban un dios a las distintas
actividades, el Dios de la Guerra: Huitzilopochtli, fue el Dios principal en la
Mesa de Anáhuac, para alimentarlo con sangre, se realizaba la guerra florida y
los prisioneros capturados serían ofrendados al Dios en un ritual muy elaborado.
Las
Misiones de diversas órdenes religiosas, con servicios en la Nueva España, lograron
unificar la religión Católica en la Nueva España y en pleno siglo XXI los
censos siguen situando al Catolicismo con mayor número de fieles, con números
cercanos al 80%, ni otras religiones cristianas, ni la Guerra de Reforma, ni Constituciones
laicas de 1857, 1917, ni la Masonería, ni la Cristiada, ha quitado esa mayoría.
El
Catolicismo catequizó a los diversos pobladores de la Colonia, por medio de los
religiosos de las diferentes órdenes de Frailes Franciscanos llegados para esta
misión en 1,525, Dominicos 1,526, Agustinos 1,533 Jesuitas 1572, los Carmelitas
Descalzos, 1585... Enseñando como dogmas
La Divinidad Trinitaria, el culto a Santa María en un crecido número de
advocaciones Virgen del Carmen, Inmaculada Concepción, la Dolorosa... y la
recepción de los Sacramentos.
El
libro Nican Mophoua, del culto indígena Antonio Valeriano, nos enseña cómo
fueron en diciembre de 1531 las apariciones de la Virgen de Guadalupe, Emperatriz
de América y Madre Nuestra en el Tepeyac y cómo quedó su imagen en la tilma de
San Juan Diego, que honramos en la Basílica y Santuario de la Santísima Virgen
de Guadalupe. Los Franciscanos,
arribaron en 1524.
Al
inicio de la Pandemia y en el asilamiento sugerido, ordenado y que se prolonga
por 1 año y 4 meses, me refiero que el culto religioso católico, no llena sus
templos con fieles a pesar de que su aforo está permitido hasta un 70% de su
capacidad. Nos despedimos deseando buen temporal de lluvias y que nuestro
aislamiento no produzca actos de violencia, porque acciones antisociales a todos nos lástima en la comunidad.
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