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miércoles, 7 de julio de 2021

La acaban de inaugurar y ya muestra deterioro


 

 

Juan José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán

 

 

En la recientemente terminada obra hecha por calle José Clemente Orozco, de Ciudad Guzmán, se empiezan a generar signos de deterioro que a simple vista parecen resultado de una mala terminación de la misma. Y aunque el daño es menor y apenas es visible, valdría la pena que las autoridades municipales procedieran a reparar la parte que se ubica en las afueras de la casa marcada con el número 42, donde se están hundiendo o moviendo de su lugar algunas de las losas colocadas sobre su banqueta.



       

     Los trabajos hechos en esta céntrica calle que lleva el nombre del pintor José Clemente Orozco Flores, sin duda mejoraron en mucho el aspecto de la misma, su vialidad, las personas puedan transitar seguras en sus amplias banquetas, muchos de los negocios que operaban en otras condiciones han mejorado sus ingresos o presentación de los mismos y, un viejo inmueble que se ubica en donde empieza la calle Ángel González, mejor conocida como la del Museo, ha sido objeto de remodelación que ya presenta un aspecto más digno y acorde al resto de las viejas fincas aquí construidas.


            De igual forma, el emblemático edificio que ocupa la escuela primaria “María Mercedes Madrigal”, está siendo objeto de trabajos de mejoras, entre éstas la pintura exterior, lo que sin duda también mejora el aspecto de la zona, poco  transitada pero es parte importante del primer cuadro de la ciudad, donde hacen comercio algunos particulares y es sede de oficinas importantes como la representación del SAT y de otras empresas privadas, reviviendo en mucho esta parte por tantos años olvidada y asiento de estacionamientos públicos que prestan importante servicio a las personas que tienen necesidad de resguardar sus vehículos, uno de ellos más “decente” que el vecino.


         


   Aparte del señalamiento del deterioro apreciado frente al número 42 de la calle José Clemente Orozco, este comentario tiende a llamar la atención de las autoridades para que presten atención al comportamiento de algunas personas que se les hace fácil subir vehículos de gran peso sobre las banquetas recién hechas y con son para el paso seguro y cómodo de los peatones, no para que una empresa dedicada a la elaboración y venta de pasteles sus empleados se den el lujo de subir una camioneta de gran tamaño y peso para subir o bajar mercancías, que si bien tienen la necesidad de hacerlo para cumplir con su trabajo, no tienen que invadir una banqueta y con lo que de ello resulte, en perjuicio de las personas que caminan o por afectaciones a las obras hechas.


            La ruta quedó para el paso de un solo vehículo debido a la ampliación de las banquetas, que eran muy angostas y en mal estado en buena parte de éstas, pero, también, se dejaron pequeños espacios como para que pare un vehículo sin estorbar y en el arroyo de la calle, sí tomando parte de lo en áreas cercanas es banqueta, pero que aun así están amplias. Sin embargo, a los empleados de la citada pastelería se les hace más fácil subirse a la banqueta que a proceder de una manera diferente, respetando los reglamentos, a los peatones y considerando que las obras hechas costaron dinero, recursos públicos que tienen un fin y no es precisamente para que se estacionen vehículos, una costumbre muy arraigada en la ciudad y que ya debe de tomarse en consideración para evitarla, en bien de la ciudad y de las personas que la habitamos.

 

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