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lunes, 12 de julio de 2021

Jalisco-Nuevo León: alianza rediviva


 

Pedro Vargas Avalos

 

 

 La semana antepasada (jueves uno de julio) vino a Guadalajara el candidato triunfador para gobernador del Estado de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, mejor conocido como Samuel García, alias “Fosfo Fosfo”, nacido en Monterrey el día de los Inocentes (28 de diciembre) de 1987. A la fecha posee la constancia de mayoría que le otorgó el órgano electoral neoleonés, solo restándole superar las impugnaciones que se le hicieron (entre ellas el exceso de gastos y de aportaciones particulares que recibió en su campaña electoral), para que el Congreso de su Entidad federativa le otorgue la calidad de Gobernador electo.




Este peculiar político norteño, es un mocetón muy parlanchín: a veces decía que si fuese necesario, separaría a su tierra del Pacto Federal; en su trayectoria cuenta con numerosas anécdotas, acentuando la de su niñez cuando danzaba con su tío (un reconocido capo de esos lares) llamado Gilberto García Mena, “El June”, procesado por delitos relacionados con el narcotráfico, según cierto video de una fiesta realizada en 1996, así como cuando regañó a su esposa (la influencer Mariana Rodríguez Cantú) por enseñar la pierna más de la cuenta.


El todavía senador con licencia, razón por la cual se le conocía como el “senator” (palabreja

anglófona) lo cual delata su afecto por lo yanqui, ya anduvo en tierras del Tío Sam y anunció reunión con el recalcitrante mandatario de Texas (Greg Abbott), afirmando que abrirá representaciones de su Estado en Austin y California, porque “en Monterrey debemos estar a la altura del mundo”.


En la Perla Tapatía admitió este singular regiomontano, que había sido apoyado por el gobernante jalisciense Enrique Alfaro Ramírez, a quien elogió sin cortapisas aun cuando en la comparación de las zonas conurbadas de Guadalajara y la ciudad del cerro de la Silla, deslizó que esta es más importante, con lo cual dejó en claro su jactancia.


Por su lado el mandamás tapatío no se quedó atrás en eso de presumir, y afirmó: “de 2018 a la fecha, los delitos que le toca atender a la policía metropolitana han disminuido 60%, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad”. Y luego subrayó la coincidencia de su reclamo en cuestión fiscal, pues ambos pedirán a la federación revisar el Convenio de Coordinación Fiscal, con ánimo sosegado “porque no nos interesa confrontarnos con la Federación”. En pocas palabras, según estos dos políticos, el acercamiento es con el fin de mejorar a sus Estados e instituciones.


Para el 5 de julio se llevó a cabo el XXI Consejo Nacional de Movimiento Ciudadano (MC) en la capital federal. Allí se lucieron los jaliscienses Clemente Castañeda, aparente dirigente del partido (porque los tangibles son el fundador Dante Delgado, senador, y Enrique Alfaro, adalid del alfarismo que ha sido la real columna de MC) y los gobernadores de Jalisco y Nuevo León (Efectivo y futuro, respectivamente). Castañeda afirmó que “Hoy México tiene una tercera opción y se llama Movimiento Ciudadano”.


Por su parte, “Fosfo Fosfo” advirtió que “el eje Nuevo León-Jalisco se viene con todo”, por lo que pintarán al país entero de naranja chillante (el color fosfo, fósforo), con lo cual entredijo que ofrecía ayuda al gobernador Alfaro. Este se arrellanaba en su destacado sitial y con su semblante denotaba su complacencia. Al hacer uso de la voz, glosó lo que se había expresado y finalmente fue claro: “El mensaje es contundente, en mi tierra dicen: aquí no necesitamos bules para nadar.”


Sobre ese sonoro eje Jalisco-Nuevo León, escribe Diego Petersen que ese nombre no es carrilla, ya que Samuel García, quien lo inventó, “Está claro que lo suyo, lo realmente suyo, es la frivolidad.” (El Informador, 6-jul-21).



Como quiera que sea, Jalisco y el estado del cabrito al horno o ataúd, han tenido ligas históricas, de las cuales en mucho proviene la fortaleza regia. Salvador Apodaca y Loreto fue un tapatío que se desempeñó como obispo de Linares o Nuevo León (1842-1844), y su labor fue tan benéfica para la región, que en su honor se denomina al municipio de Apodaca. Le sucedió otro eminente jalisciense, Francisco de Paula Verea, quien regenteó esa diócesis por 26 años (1853-1879) y aunque de ideología conservadora, promovió la educación.


Desde 1833 arribó el joven médico José Eleuterio González, (Gonzalitos) nativo de la Perla Tapatía y egresado de escuelas de estas tierras. Su obra en Monterrey fue extraordinaria como médico, maestro, botánico, filántropo, escritor y político. Fundó el primer hospital público, la primera universidad y fu gobernador tres ocasiones. Sus bienes los legó a la escuela de medicina (1813-1888).


Muy admirado de los neoleoneses fue el Gral. Bernardo Reyes Ogazón (sobrino de Pedro Ogazón y primo de Ignacio L. Vallarta, además de ser el padre del escritor Alfonso Reyes). Gobernó por 20 años al Estado, desde 1885 (con el paréntesis de 1900 a 1903 en que fue ministro de la Guerra) y lo perfiló como potencia económica, industrial y social. Había nacido en Guadalajara (1850) y falleció el 9 de febrero de 1912, durante la tristemente célebre Docena Trágica.


Ya en el siglo XX, dos destacados humanistas de Jalisco coadyuvaron a la grandeza de Nuevo León: Agustín Basave del Castillo Negrete (1886-1961) de quien anotó Gabriel García de Alba: “Fue, don Agustín Basave, eminente maestro, prestigiado arquitecto, hombre de elevados y nobles sentimientos y de gran erudición como literato, por lo que le dio lustre no sólo a Jalisco, (y Nuevo León) sino a México entero”. Establecido en Monterrey en los años 30, a partir de 1944 fue consejero del diario El Norte, al que dirigió por doce años; fundó y presidió la Alianza Francesa de Monterrey; fue catedrático de la Universidad Labastida; miembro fundador del Consejo del Instituto Tecnológico de Monterrey (itesm), en el cual impartió cátedra; fue orador oficial del Centro Artístico de Monterrey; colaborador de radio xet; integró el consejo directivo y administrativo de la Editora de El Sol, S.A. y de la Pregonera del Norte, S. A.; entre sus libros recordamos los de índole biográfico dedicados a personajes de Monterrey, ciudad donde falleció.


El segundo de igual nombre, fue Agustín Basave y Fernández del Valle, oriundo de Guadalajara (1923) filósofo, escritor, catedrático, jurisconsulto, diplomático y notario público. Actuó como político y es notable su pensamiento filosófico, habiendo escrito más de 30 libros. Padre del político y académico Agustín Basave Benítez, expresidente del PRD. Murió en 2006 en la Sultana del Norte. Junto a este intelectual, integro al laguense Ricardo Covarrubias (1895-1972) que enalteció al periodismo, la historia y la política, autor de Autor de Las Calles de Monterrey, (3 Vols., 1947-1970); Los 67 Gobernantes del México Independiente; Gobernantes de Nuevo León (1582-1961); Mujeres de México, etc.


Para terminar este breve recuento de Jalisco-Nuevo León, menciono al abogado y Gral. Neoleonés José Ma. Mier, que fue gobernador del estado norteño (1909-1912) y de Jalisco (1913-14), gracias a quien la Perla de Occidente no fue destruida en julio de 1914; falleció el 8 de ese mes.


Al concluir este recorrido, meditamos si el redivivo eje Jalisco -Nuevo León, será una realidad o solo un espejismo del mozalbete del día de los Santos Inocentes, alentado por el machucho adalid del MC jalisciense.


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