Pedro Vargas Avalos
La semana antepasada (jueves uno de julio)
vino a Guadalajara el candidato triunfador para gobernador del Estado de Nuevo
León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, mejor conocido como Samuel García,
alias “Fosfo Fosfo”, nacido en Monterrey el día de los Inocentes (28 de
diciembre) de 1987. A la fecha posee la constancia de mayoría que le otorgó el
órgano electoral neoleonés, solo restándole superar las impugnaciones que se le
hicieron (entre ellas el exceso de gastos y de aportaciones particulares que
recibió en su campaña electoral), para que el Congreso de su Entidad federativa
le otorgue la calidad de Gobernador electo.
Este
peculiar político norteño, es un mocetón muy parlanchín: a veces decía que si fuese
necesario, separaría a su tierra del Pacto Federal; en su trayectoria cuenta
con numerosas anécdotas, acentuando la de su niñez cuando danzaba con su tío
(un reconocido capo de esos lares) llamado Gilberto García Mena, “El June”,
procesado por delitos relacionados con el narcotráfico, según cierto video de
una fiesta realizada en 1996, así como cuando regañó a su esposa (la influencer
Mariana Rodríguez Cantú) por enseñar la pierna más de la cuenta.
El
todavía senador con licencia, razón por la cual se le conocía como el “senator”
(palabreja
anglófona)
lo cual delata su afecto por lo yanqui, ya anduvo en tierras del Tío Sam y
anunció reunión con el recalcitrante mandatario de Texas (Greg Abbott), afirmando
que abrirá representaciones de su Estado en Austin y California, porque “en
Monterrey debemos estar a la altura del mundo”.
En
la Perla Tapatía admitió este singular regiomontano, que había sido apoyado por
el gobernante jalisciense Enrique Alfaro Ramírez, a quien elogió sin cortapisas
aun cuando en la comparación de las zonas conurbadas de Guadalajara y la ciudad
del cerro de la Silla, deslizó que esta es más importante, con lo cual dejó en
claro su jactancia.
Por
su lado el mandamás tapatío no se quedó atrás en eso de presumir, y afirmó: “de
2018 a la fecha, los delitos que le toca atender a la policía metropolitana han
disminuido 60%, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad”. Y luego
subrayó la coincidencia de su reclamo en cuestión fiscal, pues ambos pedirán a
la federación revisar el Convenio de Coordinación Fiscal, con ánimo sosegado “porque
no nos interesa confrontarnos con la Federación”. En pocas palabras, según
estos dos políticos, el acercamiento es con el fin de mejorar a sus Estados e
instituciones.
Para
el 5 de julio se llevó a cabo el XXI Consejo Nacional de Movimiento Ciudadano
(MC) en la capital federal. Allí se lucieron los jaliscienses Clemente
Castañeda, aparente dirigente del partido (porque los tangibles son el fundador
Dante Delgado, senador, y Enrique Alfaro, adalid del alfarismo que ha sido la
real columna de MC) y los gobernadores de Jalisco y Nuevo León (Efectivo y
futuro, respectivamente). Castañeda afirmó que “Hoy México tiene una tercera
opción y se llama Movimiento Ciudadano”.
Por
su parte, “Fosfo Fosfo” advirtió que “el eje Nuevo León-Jalisco se viene con
todo”, por lo que pintarán al país entero de naranja chillante (el color fosfo,
fósforo), con lo cual entredijo que ofrecía ayuda al gobernador Alfaro. Este se
arrellanaba en su destacado sitial y con su semblante denotaba su complacencia.
Al hacer uso de la voz, glosó lo que se había expresado y finalmente fue claro:
“El mensaje es contundente, en mi tierra dicen: aquí no necesitamos bules para
nadar.”
Sobre
ese sonoro eje Jalisco-Nuevo León, escribe Diego Petersen que ese nombre no es
carrilla, ya que Samuel García, quien lo inventó, “Está claro que lo suyo, lo
realmente suyo, es la frivolidad.” (El Informador, 6-jul-21).
Como
quiera que sea, Jalisco y el estado del cabrito al horno o ataúd, han tenido
ligas históricas, de las cuales en mucho proviene la fortaleza regia. Salvador
Apodaca y Loreto fue un tapatío que se desempeñó como obispo de Linares o Nuevo
León (1842-1844), y su labor fue tan benéfica para la región, que en su honor
se denomina al municipio de Apodaca. Le sucedió otro eminente jalisciense,
Francisco de Paula Verea, quien regenteó esa diócesis por 26 años (1853-1879) y
aunque de ideología conservadora, promovió la educación.
Desde
1833 arribó el joven médico José Eleuterio González, (Gonzalitos) nativo de la
Perla Tapatía y egresado de escuelas de estas tierras. Su obra en Monterrey fue
extraordinaria como médico, maestro, botánico, filántropo, escritor y político.
Fundó el primer hospital público, la primera universidad y fu gobernador tres
ocasiones. Sus bienes los legó a la escuela de medicina (1813-1888).
Muy
admirado de los neoleoneses fue el Gral. Bernardo Reyes Ogazón (sobrino de
Pedro Ogazón y primo de Ignacio L. Vallarta, además de ser el padre del
escritor Alfonso Reyes). Gobernó por 20 años al Estado, desde 1885 (con el
paréntesis de 1900 a 1903 en que fue ministro de la Guerra) y lo perfiló como
potencia económica, industrial y social. Había nacido en Guadalajara (1850) y
falleció el 9 de febrero de 1912, durante la tristemente célebre Docena
Trágica.
Ya
en el siglo XX, dos destacados humanistas de Jalisco coadyuvaron a la grandeza
de Nuevo León: Agustín Basave del Castillo Negrete (1886-1961) de quien anotó
Gabriel García de Alba: “Fue, don Agustín Basave, eminente maestro, prestigiado
arquitecto, hombre de elevados y nobles sentimientos y de gran erudición como
literato, por lo que le dio lustre no sólo a Jalisco, (y Nuevo León) sino a
México entero”. Establecido en Monterrey en los años 30, a partir de 1944 fue
consejero del diario El Norte, al que dirigió por doce años; fundó y presidió
la Alianza Francesa de Monterrey; fue catedrático de la Universidad Labastida;
miembro fundador del Consejo del Instituto Tecnológico de Monterrey (itesm), en
el cual impartió cátedra; fue orador oficial del Centro Artístico de Monterrey;
colaborador de radio xet; integró el consejo directivo y administrativo de la
Editora de El Sol, S.A. y de la Pregonera del Norte, S. A.; entre sus libros
recordamos los de índole biográfico dedicados a personajes de Monterrey, ciudad
donde falleció.
El
segundo de igual nombre, fue Agustín Basave y Fernández del Valle, oriundo de
Guadalajara (1923) filósofo, escritor, catedrático, jurisconsulto, diplomático
y notario público. Actuó como político y es notable su pensamiento filosófico,
habiendo escrito más de 30 libros. Padre del político y académico Agustín
Basave Benítez, expresidente del PRD. Murió en 2006 en la Sultana del Norte.
Junto a este intelectual, integro al laguense Ricardo Covarrubias (1895-1972)
que enalteció al periodismo, la historia y la política, autor de Autor de Las
Calles de Monterrey, (3 Vols., 1947-1970); Los 67 Gobernantes del México
Independiente; Gobernantes de Nuevo León (1582-1961); Mujeres de México, etc.
Para
terminar este breve recuento de Jalisco-Nuevo León, menciono al abogado y Gral.
Neoleonés José Ma. Mier, que fue gobernador del estado norteño (1909-1912) y de
Jalisco (1913-14), gracias a quien la Perla de Occidente no fue destruida en
julio de 1914; falleció el 8 de ese mes.
Al concluir este recorrido, meditamos si el redivivo eje Jalisco -Nuevo León, será una realidad o solo un espejismo del mozalbete del día de los Santos Inocentes, alentado por el machucho adalid del MC jalisciense.
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