José Filiberto Figueroa Cacho
Ser
padres, pudo haber sido resultado de una decisión consciente y bajo consenso
porque la pareja sabe a lo que se enfrentará. Por desgracia, en múltiples
ocasiones, es el resultado de “un accidente” que se pudo haber prevenido. La
responsabilidad de ser padre o madre es bastante seria; y aunque no hay una
universidad que nos muestre en forma precisa el cómo realizarlo, se debe poner
en práctica del bagaje experiencial y el empirismo de las observaciones
contextuales.
El
ser muy estricto o muy permisivo, la experiencia nos ha llevado a observar que
estas situaciones extremas aumentarán problemas en el camino a orientar a los
hijos para adaptarse a las circunstancias sociales.
En
Granada, España, un popular juez de menores, basado en su experiencia publicó
un libro titulado: “Reflexiones de un Juez de Menores”, en el que conforma un
decálogo para formar un delincuente; el cuál servirá de plataforma para
direccionar este comentario…
1.
Dale todo lo que desee. De esta forma crecerá con la idea
que todos los que le rodean le deben proporcionar lo que se le antoje.
2.
Ríele todas sus groserías. Todo pudo haber empezado en que te
reíste cuando imitando a alguien reprodujo insolencias y él crecerá con la idea
de que es muy gracioso y será líder; por supuesto, no entenderá, ni aceptará
que le llamen la atención en la escuela.
3.
No le des formación espiritual. En tu afán de mantener el libre
pensamiento y que tu hijo(a) ya elegirá cuando sea grande se está perdiendo la
oportunidad de pulirse a sí mismo.
4.
Nunca le señales sus errores. Bajo el escudo de que adquiriría
complejos y viviría frustrado lo que estás empujando es que se convenza
torpemente que la sociedad es la culpable.
5.
No le pidas que recoja todo lo que
tira. De esa forma
continuará con la idea que el mundo le tendrá que servir; su mamá se convertirá
en su primera sirvienta.
6.
Deja que lea y vea todo lo que
quiera. No le hace
que se “entretenga” con la basura cibernética, “así lo tendrás entretenido y no
te dará guerra”. Recuerda que todo lo que lee se convierte en referencia
directa para forjar su criterio.
7.
Papás discutan delante de su hijo. Eso le traerá la costumbre y
cuando la familia entre en caos, para él será normal.
8.
Si te pide dinero otórgale a manos
llenas. Seguirás
cultivando la idea que el dinero no requiere esfuerzo, solo pide y se te dará…
9.
Complácele sus deseos de forma
inmediata. Si te
pide de comer, beber, divertirse, “para que no se vaya a frustrar”, eso abonará
aún más a su egocentrismo
10.
Tu hijo siempre tiene y tendrá la
razón. “Él es
perfecto”, si los demás no coinciden a sus criterios es que “los demás ya lo traen
de encargo”.
De esta forma tan sencilla se irá creando a un “monstruo” que se etiquetará como “hijo ingrato y malo”. Pero, ¿acaso no pudo haberse evitado? ¿Otorgaste el libertinaje recordando las represiones otorgadas a ti? ¿Lo tendrás que defender con uñas y dientes, pues los demás no comprenden tu excelente forma de educar y te tienen envidia? Estas interrogantes bien pudieran ser “harina de otro costal” para un nuevo artículo. ¡Hasta la próxima!
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