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lunes, 7 de junio de 2021

Ser Ciclista


 

La vida continúa

 

José Luis Vivar

 

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La bicicleta es un medio de transporte que resulta cómodo y excelente para practicar el deporte porque fortalece la salud. Aunque es preciso señalar que algunas personas la usan para trasladarse a sus trabajos, o a sus centros educativos. De manera que son dos ruedas que pueden llevarnos a cualquier parte de este mundo. Lo único malo es que no siempre es bien visto por algunos conductores. Y no es ninguna casualidad, pero si en la ciudad de México, Guadalajara o en Monterrey, por citar tres importantes capitales, manejar una bicicleta es difícil, ¿qué se puede esperar en nuestra ciudad? ¿Qué se puede esperar en las arterias donde no existen ciclovías que permitan transitar con tranquilidad?

 


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La convivencia entre quienes manejan un vehículo de motor y quienes se desplazan utilizando la fuerza de sus piernas no ha sido de total armonía. Los primeros llevan ventaja en calles y avenidas. Difícilmente ceden el paso a los segundos, que además deben tener buenos reflejos para evitar ser atropellados. No, no es nada fácil ser ciclista. Lo peor de todo es no hay autoridad a la vista que regule este tipo de situaciones, ni tampoco reglamentos viales que se respeten. En pocas palabras, cada quien es responsable de su propia seguridad.

 

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Nadie puede hablar de todo lo anterior si no es desde su propia experiencia. Y en mi caso tengo suficientes razones para hacerlo. A finales del año pasado una amiga entrañable me regaló una bicicleta de montaña de diez velocidades. Antes de montarme en ella adquirí todo lo necesario para practicar formalmente el ciclismo. Quizás para muchos esto no sea importante, pero debe tomarse en cuenta que un buen casco protege si se tiene la desgracia de caer. La ropa adecuada da mayor libertad a las extremidades inferiores. Unos guantes dan mayor firmeza al manubrio, y un chaleco fosforescente es de gran ayuda si se conduce por las noches. Total, que mis primeros recorridos fueron de una torpeza absoluta. Décadas sin andar revelan que se debe practicar con regularidad.

 

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En seis meses como ciclista me ha tocado ver un poco de todo. Conductores amables que me han cedido el paso, otros que a pesar de estar lejos de donde voy cruzando aceleran para que apriete el paso y les deje la calle o la avenida libre. O motociclistas que enfurecen porque me cruzo en su camino. También he presenciado las ofensas que algunos automovilistas les lanzan a otros ciclistas por salirse de la ciclovía. Pero, también derecho a recorrer otra calle, ¿o no? Y con los semáforos es donde se corre mayor peligro, porque aunque la luz está en rojo, los vehículos no se detienen al doblar en las esquinas, y es donde los ciclista debe tener mayor precaución. Si el bólido viene fuerte difícilmente podrá frenar y las consecuencias serán mortales.

 




5

No, definitivamente no es fácil ser ciclista en Zapotlán el Grande. Y lo es más para quienes tienen la necesidad de hacerlo todos los días. No es casualidad que de vez en cuando aparezcan en las páginas de este diario personas que han sido atropelladas en distintos puntos de la población. Y lo más grave es que a nadie parece interesarle. A la clase política menos. Después de la creación de ciclovías hace algunos años, la cual fue muy criticada en su momento, no se ha vuelto a tocar el tema. Ni siquiera con el espantoso atropellamiento de un joven frente a Plaza Zapotlán, ocurrido hace apenas unos días.  Una pena que enluta a su familia y a nuestra ciudad.

 

6

Para aquellos que usamos la bicicleta como deporte tenemos la ventaja de pasear circuitos pequeños, o desplazarnos a la Laguna de Zapotlán, o a los cerros, donde el reto es saber utilizar las velocidades en los ascensos y descensos. Donde se pone a prueba el espíritu para saber resistir, pero sobre todo para disfrutar del paisaje que nos rodea.


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