Rafael
Martínez
Terminaron
las contiendas electorales y, con ello comienza una nueva batalla de los ahora
Presidentes electos, una batalla que es más difícil que las elecciones mismas,
una batalla que no se juega en terreno ajeno, sino en la propia trinchera donde
se amaso el triunfo, y no es otra cosa más que la difícil decisión de elegir al
equipo que acompañara al Presidente electo en la dura tarea de gobernar para
todo el municipio, no solo para sus simpatizantes y seguidores.
Las cosas no son fáciles incluso para aquellos
Presidentes que se reeligieron, pues deberán depurar al personal que no fue
eficiente en su trasiego dentro de la actual administración, además de agregar
nuevo personal, se tendrá que refrendar algunos otros que demostraron estar a
la altura de los retos que exige la administración municipal.
Los
Presidentes electos por primera ocasión, además de asimilar la victoria de la
mejor manera para pensar con claridad y no con emoción, deberán conformar un
equipo fuerte, preparado, con solvencia moral y, sobre todo, capaz de asumir
los retos que enfrentarán, porque en muchos casos encontrarán un saqueo en las
tesorerías, deudas a proveedores inexistentes, laudos laborales, demandas
masivas por juicios simulados, inventarios vacíos, parques vehiculares
colapsados, obras sin terminar, multas, impuestos sin pagar, y para colmo
encontrarse con personal de base recién nombrado sin cumplir con los requisitos
de Ley.
Es
toda una osadía las nuevas responsabilidades de los ediles electos, y elegir un
equipo de experiencia en los puestos claves en contraparte elegir un equipo de
pago de favores políticos puede ser un desastre que será reflejado en el primer
año de la administración.
Las
decisiones más difíciles de tomar dentro de una administración, se tienen que
realizar en el primer año, y son aquellas que no son las más populares, no son
las de fácil digestión, como el despido del personal que resulta ocioso y que
por paga de favores políticos se crearon puestos de “compadrazgos”, así como el
cambio de proveedores que se prestaban para realizar alza de precios en
facturación, negociaciones con los sindicatos de los gobiernos municipales,
para poner un alto al índice de ineficacia de algunos trabajadores, revisar los
contratos de obra y en su caso hacer efectiva las fianzas de vicios ocultos,
entre muchos más.
La primera acción que debe realizar un
Presidente electo por primera ocasión (no reelectos), es generar la comisión de
transición, que será encargada de realizar las gestiones pertinentes para la
entrega y recepción de la administración, misma que deberá ser integrado por el
equipo jurídico del Presidente Electo, para delimitar responsabilidades al no
absorber y solventar actuaciones de los funcionarios salientes.
Elegir
al Secretario General, Tesorero y Oficial Mayor, es una decisión trascendental
que será el alivio a los problemas cotidianos y extraordinarios, o, por el
contrario, será el inicio del fracaso que hemos visto en diferentes municipios
cuando se eligen de manera política o improvisada. Sin duda elegir a los
integrantes del gabinete es la decisión más difícil que se tiene que tomar al
inicio del gobierno municipal, la cual se debe realizar pensando en la
capacidad, la experiencia, la honorabilidad, la destreza para resolver crisis y
problemas que surgen de manera fortuita y que son esas las que ponen de
manifiesto la fortuna de contar con personal preparado y con la experticia
necesaria.
Y termino con una frase que debería ser lema
para los Presidentes electos, “deseo contribuir con la mejora de nuestro municipio
con buen criterio y capacidad de gestión. Creo en el dialogo como manera de
trabajar, buscando construir entre todos un futuro ilusionante y tranquilo”, Lucas
Bravo de Lagunas.
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