María
del Carmen Torres Avalos*
Para
hablar de Estilos de vida saludable, en primer término, se tiene que definir,
qué es la salud y La Organización Mundial de la Salud la define como “…un
estado de completo bienestar físico, mental y social”.
Se
puede decir que un ser humano se encuentra con bienestar físico, cuando, su
cuerpo funciona eficientemente, y hay una capacidad física apropiada para
desempeñar cualquier desafío de la vida cotidiana (caminar, correr, subir, etc.); por otra parte, el bienestar
mental, es un estado por medio del cual los individuos reconocen sus
habilidades, son capaces de hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar
de forma productiva y fructífera y contribuir a sus comunidades (proyecta la
forma de ser, sentir y pensar); finalmente, el bienestar social, incide de
manera positiva en la calidad de vida de las personas, por lo tanto se puede
decir que es el conjunto de factores que se conjugan en una sociedad para que
los individuos puedan satisfacer sus necesidades fundamentales (un empleo
digno, recursos económicos para satisfacer sus necesidades, vivienda, acceso a
la educación y la salud, etc.)
Como
se puede observar, más que hablar de una vida sana, se debe contemplar un ser
desde su cuerpo, mente relaciones interpersonales. Luego entonces, hablar de un
estilo de vida saludable, es hablar de: alimentación, ejercicio físico, prevención de
la salud, trabajo, relación con el medio ambiente y la actividad social.
En
este tiempo de pandemia, desarrollar Estilos de Vida Saludable entre los
actores educativos es de gran importancia y vital. Pues por una parte, los docentes de Educación Básica, se encuentran
inmersos en un sin fin de actividades, haciendo
lo posible por que los alumnos no dejen de lado sus aprendizajes, enviando
actividades, realizando videoconferencias, realizando videollamadas con alumnos
y padres de familia, acudiendo a las escuelas para desarrollar algunas
actividades administrativas o tratando de trabajar con los alumnos que
requieren fortalecer alguna área de oportunidad; evaluando y registrando en
plataformas correspondientes las respectivas evaluaciones. No tienen un horario
específico, ya que los horarios de labores de los padres son heterogéneos y sin
importan si son las 8,9,10 de la mañana o 5,6,7 de la tarde sienten el
compromiso de localizar tal o cual padre de familia o alumno. Y, la pregunta es
¿Maestro y tú, qué hora tienes disponible para realizar ejercicio físico? ¿Te
alimentas bien? ¿Tus relaciones sociales con la familia, tan siquiera las estas
desarrollando? y ¿Cómo?
Los
alumnos hacen lo propio dentro de sus posibilidades. Quienes cuentan con
tecnología e internet, tratan de regresar las tareas a tiempo (lecturas,
registros, videos de sus propias exposiciones), atienden los llamados de sus
maestros, elaboran las actividades que se les han llevado impresas, etc.
Con
relación a los padres de familia, quienes no tenían internet ahora lo han
contratado, un gasto adicional a la economía familiar, para que los hijos
cumplan, atendiendo las videollamadas de los docentes, enterándose del avance
propio de sus hijos, sometiéndose a un gran estrés porque no entienden cómo
debe realizar sus hijos las tareas, y, si sólo tienen una sola computadora y
son 4 personitas que estudian, organizar horarios para que todos puedan
trabajar.
Maestro, alumnos, Padres de familia,
no se agobien como bien lo dice Martha Alicia Chávez en su libro: “Todo pasa…y
esto también pasará”, esperemos que pronto esta pandemia quede atrás y se vuelva
a esa normalidad tan deseada. Por lo pronto, todos a poner mucho ojo en la
alimentación, comer bastantes frutas y verduras, tomar agua constantemente;
cada hora de menos, separémonos de la computadora, celular, etc. y caminar unos
cinco minutos para volver al trabajo, hacer ejercicio en casa, jugar con la
familia juegos de mesa, adivinanzas, etc.
¡Tratemos
de desarrollar en lo que podamos un Estilo de vida saludable!
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