Pedro Vargas Avalos
Con
motivo de las recientes elecciones, y desde luego de sus resultados, se
generaron muchas opiniones e interpretaciones de políticos, ciudadanos y
empresarios, dejando a un lado a los comentócratas “abajo firmantes”, que por
razón natural tienen puntos de vista sesgados.
Por
un lado, debemos contemplar los números que arrojaron los comicios, en donde
oficialmente la mayoría absoluta o simple de la Cámara Baja (que es la mitad de
diputados más uno, o sea 251 de sus miembros) fue holgadamente para MORENA y
sus aliados. De esa forma, podrá el presidente de la república lograr tener un
presupuesto conforme a sus proyectos, y también aprobar leyes ordinarias.
En
segundo término, debemos reconocer la suma importancia de que territorialmente
la coalición de “juntos hacemos historia” apabulló a la oposición, pues de 15
gubernaturas en juego ganó doce, lo que permitirá al gobierno de la Cuatro T
aplicar con más eficacia sus planes, durante el segundo tramo del sexenio
lopezobradorista.
Debemos
anotar que, en la ciudad de México, de 16 alcaldías, los morenistas solo
ganaron 7, en tanto que la coalición “Va por México”, se anotó 8 y el panismo
una. Por lo que ve a la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, MORENA
no la ganó en 2018, pero la logró con sumas extemporáneas de diputados que se
agregaron ya en ejercicio de la legislatura actual, y con negociaciones que en
el Senado se llevaron a cabo.
También
en las legislaturas estatales, se debe tener en cuenta que los partidarios del
actual gobierno federal, alcanzaron mayoría en 19, de 32 entidades federativas.
Finalmente es pertinente destacar que las oposiciones triunfaron en muchísimos
municipios, lo que, si bien no tienen la contundencia de las gubernaturas y de
los Congresos locales, no dejan de ser importantes.
Lo
anterior es el resumen de resultados de la jornada electoral del 6 de junio, la
“más grande de la historia política” nacional. Ahora veamos por qué la frase de
“Judas y Autocomplacientes”.
Los
integrantes de la alianza “va por México” (PAN, PRI y PRD), se prodigaron
presumiendo sus números, afirmando que habían detenido la marcha de la política
del presidente López Obrador, quitándole a sus coligados la mayoría calificada,
avanzando en número de diputados y alcanzando 9 alcaldías de la ciudad de
México. El panista Marco Cortés, declaró a Milenio: “Morena retrocede al perder
su actual mayoría simple, y junto con sus aliados son derrotados al perder la
mayoría calificada que tienen en este momento en la Cámara de Diputados”.
Por
su lado el priísta “Alito”, pregonó su aumento de curules, sin hablar de la
tremenda derrota tricolor en gubernaturas, en tanto que el inefable “Chucho”
Jesús Zambrano, haciendo gala de doblez, exclamó que no obtuvieron muchos votos
con el fin de salvar la alianza con panistas y tricolores, en aras de
resguardar a México. (¡!).
Ante
el triunfalismo anterior, el destacado expresidente nacional panista, Gustavo
Madero Muñoz, publicó un sincero artículo en el cual afirma que muy poco tienen
que celebrar los que buscaban vencer a MORENA y sus aliados; admite que, a pesar
de adelantos en su bancada al Congreso, “aunque nos duela…MORENA” y aliados mantienen
la mayoría simple que les permite hacer los cambios legales que quieran y
elaborar el presupuesto.
Otro
relevante blanquiazul, Damián Zepeda, afirma que la “Alianza opositora se
autoengaña, nos derrotó Morena” y prosigue exclamando: “repetir una y otra vez
una mentira, con eso no se va a convertir en realidad”, por lo que ambos
exlíderes exigen actitud autocrítica a los dirigentes panistas y a sus
correligionarios. Finalmente, el gobernador blanquiazul Javier Corral, de Chihuahua,
escribió sobre el tema: “entre las peores cosas que hay en la política, es el
autoengaño” y criticó la actitud triunfalista de los partidos de la Alianza,
quienes como vimos, magnificaron y sofisticaron los resultados obtenidos el 6
de junio.
Ante
tal panorama, el primer mandatario dijo en una mañanera que siguió a las
elecciones: para lograr reformas constitucionales, se puede hablar con el PRI.
La respuesta no se hizo esperar, y en tanto que el dirigente priísta manifestó
que no romperían su alianza con los panistas, la diputada Dulce Ma. Sauri,
expresidenta tricolor, dijo que ellos no son Judas, aludiendo al traidor de los
evangelios.
La
posición anterior la respondió el coordinador de los diputados morenistas, Ignacio
Mier, quien aclaró que hubo dos Judas, el Iscariote, que fue el traidor, y
Judas Tadeo, el santo célebre por ser muy milagroso. Por ello buscarán llegar a
acuerdos con priistas, pues entre ellos hay muchos que son sensibles a la
transformación, es decir, no son Judas traidores.
Esperemos
que realmente los panistas dejen su actitud de autocomplacencia, que es igual
al autoengaño, y mejor reaccionen con sensatez para que logren mejorar y con
ello consolidar la democracia mexicana. Y en cuanto a los tricolores, ojalá y
actúen con civismo y verdadera perspectiva de políticos visionarios y nacionalistas,
a efecto de que México avance en todos los órdenes.
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