René
Chávez Deniz
El
lunes 14 de junio, por la mañana, Tecalitlán amaneció de luto por la noticia
del fallecimiento de la Srita. María Teresa de la Mora Ochoa, Una Mujer del
Mundo de Hoy, Consagrada a las cosas de Dios.
María Teresa de la Mora Ochoa, de suave personalidad, nació en Tecalitlán el 13 de agosto 1924 hija de los señores Arturo de la Mora y de Angelina Ochoa.
De
conducta intachable, respetuosa y sobre todo piadosa, durante los años de
1967-1973 albergo en su domicilio particular a un grupo de personas de la
tercera de edad.
Mari de
la Mora conoce perteneció por muchos años al instituto secular “Heraldos de
Jesús” este instituto fue fundado por el Pbro. J. Jesús Trujillo V. y la
agrupación central se ubica en la Cd. de Colima.
María
Teresa de la Mora fue durante un tiempo la responsable general de dicho
instituto.
Consciente de lo que significa consagrarse al
Señor en un mundo lleno de necesidades espirituales, incansablemente realizo
actividades propias de la mujer de hoy a la par con un apostolado lleno de
profundo amor a Dios.
Su
trato fuerte con el Señor por medio de la oración es el apoyo indispensable que
la hace estar presente en cada una de las actividades apostólicas que realizan
en el instituto.
María
Teresa durante los años de 1967 a 1973, albergó en su domicilio particular a un
grupo de personas de la tercera edad ya que la filosofía de esta gran mujer es
la de “colaborar sin pedir nada a cambio”. Ella entiende la importancia de
ayudar a su prójimo y lo aprende poniéndose en la situación de esas personas.
De
la Mora Ochoa, una mujer de hoy consagrada a las cosas de Dios, una mujer
nacida en nuestra parroquia de Tecalitlán, que día con día proclamo el
evangelio de Cristo con su testimonio personal y sus palabras elocuentes. Una
mujer del mundo de hoy, consagrada a las cosas de Dios.
En
Tecalitlán existe una casa de descanso para adultos mayores que lleva su nombre
Ma. Teresa de la Mora Ochoa.
Sabemos
que muchas personas fallecen diariamente en el mundo, pero aquellas que por sus
obras trascienden y brillan por sus obras y su testimonio integro son pocas.
Mary
Mora en nuestro municipio ha sido una de ellas, es difícil misión de rendir
homenaje póstumo a una mujer destacada, sencilla, sensible y especial.
Por
ser una mujer de genuina vocación, con misión de ayudar a quien más lo
necesita.
Su
perdida nos ha conmovido profundamente y resulta muy complicado resignarse a
ello, porque mujeres como ellas son y serán pocas por su conducta intachable,
sus valores humanos y cristianos que con su testimonio constante nos dejan el
aprendizaje de que esta vida uno de los objetivos es el servicio constante a
los demás especialmente a la gente vulnerable.
No
es importante la edad a la que uno muere, lo que realmente importa, es la
intensidad con la que se vive la vida.
Mary Mora sin duda vivió cada minuto de su
existencia cabalmente sirviendo al prójimo.
Estamos
seguros que Mary físicamente no está con nosotros, una mujer que a su paso por
esta tierra piso fuerte, dejó una huella profunda, no se aleja del mundo, solo
reposa en la casa del padre.
Mari
Mora mujer tecalitlense ejemplar porque fue consciente de lo que significa
consagrarse al Señor en un mundo lleno de necesidades espirituales.
Fue
incansable en realizar actividades propias de la mujer de hoy a la par con un
apostolado lleno de profundo amor a Dios.
De
la Mora Ochoa fue una mujer generosa al albergar en su domicilio particular a
un grupo de personas de la tercera edad con la mística de colaborar sin pedir
nada a cambio.
Entendió la importancia de ayudar a su prójimo
y lo aprende poniéndose en la situación de esas personas.
Mary Mora día con día proclamo el evangelio de
Cristo con su testimonio personal y sus palabras elocuentes, una mujer
profundamente espiritual especialmente una mujer de oración.
Mari
Mora Una mujer del mundo de hoy, consagrada a las cosas de Dios, nos deja un
legado al servicio de adultos mayores vulnerables, esta casa de descanso que
lleva su nombre es uno de tantos sueños que se volvieron realidad por su
perseverancia y tenacidad por lograr sus objetivos que tenían que ver con la
ayuda a quienes más lo necesitan.
Mary
Mora, mujer ejemplar que ya se incluye en ese grupo reducido de tecalitlenses
con gran espíritu de servicio hacia las personas que más lo necesitan.
Los
tecalitlenses tenemos el honor de rendir este humilde pero sincero homenaje a
quien en vida fue una mujer religiosa, integra en su vida, se hace necesario
expresar a Mari Mora un palabra de agradecimiento y retribución por tantos años
dedicados al altruismo, un sencillo ¡Gracias! tal vez no alcance en
comparación con tanto que hiciste durante el paso por este mundo, pero es una
palabra que nos enriquece e ilumina el alma cuando lo pronunciamos con
sinceridad y autenticidad.
Mari no
olvides a nuestro querido pueblo! Te queremos y siempre tendrás un lugar
especial en el corazón de los tecalitlenses.
Descansa
en paz Ma. Teresa de la Mora Ochoa.
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